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domingo, 15 de septiembre de 2013

SAN FRANCISCO DE ASIS SU VIDA Y OBRA .. JOHANNES JOERGENSEN ........ POR RITA AMODEI

SAN FRANCISCO DE ASÍS SU VIDA Y SU OBRA ++++++++ por Juan Joergensen +++++++++++++++ Traducción del R. P. Antonio Pavez, O.F.M. +++++++++++++++++++++ Editorial Difusión Buenos Aires, 1945, segunda edición ++++++++++++++++++++ Prólogo T. de Wyzewa y F. Gamissans, o.f.m., Johannes Joergensen, historiador y poeta de San Francisco. ++++++++++++++++++++++++++ Libro primero EL RESTAURADOR DE IGLESIAS I. El joven convaleciente II. Infancia y juventud III. La prisión de Perusa IV. La visión de Espoleto V. El beso al leproso VI. El crucifijo de San Damián VII. Francisco renuncia a su padre +++++++++++++++++++++ Libro segundo EL EVANGELISTA I. Los primeros discípulos II. El derecho de predicar III. Rivo-Torto IV. La Porciúncula y los nuevos discípulos V. Santa Clara ++++++++++++++++++++++ Libro tercero EL CANTOR DE DIOS I. Sermón a los pájaros II. Las misiones de Italia III. La indulgencia de la Porciúncula IV. Los capítulos de Pentecostés V. El Cardenal Hugolino VI. Las misiones extranjeras VII. La cruzada de San Francisco VIII. Los primeros disgustos. Capítulo de las Esteras IX. Las Admoniciones y las Reglas X. La lucha por la Pobreza XI. La Tercera Orden XII. La Regla de 1223 XIII. El Pesebre de Greccio +++++++++++++++++++++++++++++ Libro cuarto EL SOLITARIO I. Las cartas de Francisco II. El ejemplo cristiano III. Las lecciones cristianas IV. El gran milagro V. La bendición a Fray León y el adiós al Alverna VI. El Cántico del Sol VII. El Testamento y la muerte VIII. Las lágrimas de Fray Jacoba -------------------------------------------------------------------------------- Prólogo: JOHANNES JOERGENSEN, HISTORIADOR Y POETA DE SAN FRANCISCO por Teodoro de Wyzewa y Francesc Gamissans, o.f.m. Entre las más prestigiosas biografías de san Francisco de Asís escritas a finales del siglo XIX y principios del XX -cuando se produce un renacer del estudio de las fuentes franciscanas, propiciado por Paul Sabatier y el centro franciscano de Quaracchi (Italia)-, destaca la que escribió el danés Johannes Joergensen. Aquí vamos a ofrecer un perfil de la vida y personalidad del autor, tomado mayormente del P. Pavez, y, tomada del P. Gamissans, una breve presentación de la excelente biografía: San Francisco de Asís. Su vida y su obra. I. PERFIL BIOGRÁFICO Johannes Joergensen nació de una familia protestante de marinos en Svendborg, isla de Fionía (Dinamarca), el 6 de noviembre de 1866. A la edad de 16 años se trasladó a Copenhague con objeto de dar comienzo a sus estudios universitarios. En el mundo del pensamiento ardía por entonces la fiebre del positivismo y el darwinismo que invadieron el saber humano en el último tercio del siglo XIX. Surgieron del poderoso avance de las ciencias experimentales y empíricas, y llevan en su esencia la negación de todo lo no verificable o de sentido trascendente. Después de cursar, con extraordinario lucimiento, las Humanidades en la Universidad de Copenhague, a los veinte años de su edad se entregó con ardor al estudio de las ciencias naturales y al examen de los más recientes problemas de la zoología comparada, adquiriendo cuantioso caudal de doctrina positivista que muy pronto hizo servir a la causa materialista, darwinista y anticristiana, cuyas huestes dirigía en los países escandinavos el profesor Georges Brandes. Poco tardó en llegar a ser uno de los jefes principales de este movimiento, agrupándose en torno suyo una verdadera falange de universitarios que saludaban con férvido entusiasmo cada escrito del joven maestro. El mismo Dr. Brandes le felicitó muchas veces por el valioso contingente que le aportaba, consagrándose todo entero al triunfo de sus ideales. Sin embargo, no fue mucho el tiempo que el ardoroso polemista duró en la brecha. Su inteligencia era demasiado clara, y bastante sano su corazón para que no viera lo falso y peligroso del sistema a que había empezado a servir con tan generosas convicciones, dignas de más noble objeto y empleo. Al cabo de un año de rudo combatir comenzó a cejar en la demanda y acabó por condenarse al silencio y entregarse a nuevos y más profundos estudios, emprendiendo viaje científico y artístico por Alemania e Italia y dejando a sus compañeros de lucha en la más ansiosa expectación. Cuando regresó a su patria anunció que iba a publicar sus impresiones de turista en un libro, que apareció en los primeros meses de 1895 con el título de El libro de viaje, y en el que, a vueltas de algunas descripciones pintorescas en que daba libre vuelo a su fantasía de poeta, el entusiasta defensor de las teorías brandesianas se deshacía en alabanzas de la hermosura, grandeza y santidad de la religión católica. Empezaba por describir las principales etapas de su excursión. Entrando en Alemania, en vez de irse a las grandes capitales de estilo moderno, de costumbres refinadas, prefirió visitar las pequeñas ciudades, donde más intacta y virgen se conserva el alma alemana de otros tiempos. Detúvose en Nuremberg, admirando las obras artísticas medievales en que abundan los monumentos de aquella ciudad, especialmente las iglesias y el museo Germánico. Las imágenes de la Virgen sobre todo le cautivaron el alma, haciéndole concebir vehementes sospechas contra el valer y excelencia de aquella «cultura» que él tanto se había afanado por elogiar y propagar. Luego llamó su atención la dulzura y cristiana ingenuidad de las costumbres bávaras, tan opuestas a las del mundo materialista en que él se había educado y de que iba hastiándose cada día más. De Nuremberg pasó a Rothemburgo, la más castiza de las ciudades alemanas, donde recibió análogas impresiones estéticas y morales que en la estación precedente, pareciéndole cada vez más cierto que aquella vida, a un tiempo mismo intensa y modesta, en todo conforme con la tradición antigua, era el verdadero ideal de su propia vida. Saliendo de Rothemburgo se fue a visitar a un pintor amigo suyo, que se ocupaba en decorar los muros de la famosa abadía benedictina de Beuron, donde se le ofreció por primera vez ocasión de contemplar de cerca la vida monacal, que no conocía más que de oídas y al través de relatos de enemigos apasionados. Allí le embistió tenazmente la idea de que esa vida monástica, contra la cual había alimentado tan siniestros prejuicios, no era menos noble y digna de respeto que la que hacía la dorada juventud de Copenhague alrededor de la cátedra del Dr. Brandes, y de que la decantada «cultura moderna» no era ya condición tan indispensable, como él se había figurado, al bienestar de los individuos y de los pueblos. Por fin salió de Alemania y entró en Italia y, consecuente con su sistema de evitar el bullicio de las grandes ciudades, se dirigió a Asís, la ciudad de los recuerdos santos, de las tradiciones sencillas y puras, donde hasta las piedras hablan al viajero de alma ingenua y soñadora el lenguaje de la poesía y del heroísmo cristiano en su más alto grado. Poco a poco la asidua lectura de los Fioretti (Florecillas) y de la Leyenda dorada, el grandioso espectáculo de las ceremonias del culto católico, el trato constante y fraternal de los religiosos franciscanos le fueron revelando y ratificando la pureza y legitimidad del ideal moral por él entrevisto en Nuremberg y en Rothemburgo. Hallóse un 1 de agosto en el «perdón» de Santa María de los Ángeles (Indulgencia de la Porciúncula), donde le sucedió un caso extraño, y fue que, mientras una muchedumbre de peregrinos oraba y entonaba cánticos piadosos ante el ara del perdón, observó que un grupo de extranjeros que ocupaban una de las tribunas de la gran basílica estaban riéndose despreciativamente de la devoción de aquellas buenas gentes y glosándola a simples efectos de la ignorancia y del atraso. El joven viajero miró con repugnancia el acto incivil de aquellos civilizados, y todas sus simpatías se fueron tras los devotos ganadores de «la indulgencia», y él mismo acabó por acompañarlos, cayendo de rodillas, casi sin advertirlo, ante el altar de la capilla de la Porciúncula, de donde a poco se levantó avergonzado y salió de la Iglesia. «Pero -son sus propias palabras- salió llevándose la íntima persuasión de que también él acababa de recibir allí algo así como un perdón de San Francisco». Se volvió a la ciudad y, a medida que iba divisando las torres y techos, y la imponente arcada que circunda el sacro convento, y el campanario que se yergue sobre la triple iglesia de Cimabue y de Giotto, más claro iba viendo que nunca en su vida había entrado en su alma tamaño caudal de gozo y de pura felicidad. Así y todo, no creía aún. Con todas las emociones católicas de Asís y las emociones poético-históricas de Nuremberg y Rothemburgo, no lograba aún triunfar de su pertinaz escepticismo. Su imaginación era presa de las nuevas maravillas que ante ella se desplegaban; su razón se inclinaba ante la evidencia de la inanidad de sus dudas y de sus certidumbres; pero el reacio era su corazón, que persistía negándose a abrazar las nuevas ideas religiosas: extraño drama interno, que él describía con absoluta sinceridad y con manifiesta e irresistible simpatía hacia las cosas y personas que había tratado en su viaje, pero que él no veía sino como a través de misterioso velo, pugnando inútilmente por acercarse a ellas y entrar en su dichosa compañía. Por fin, un día de 1898, su propia continua reflexión sobre su conciencia le reveló la verdadera causa que le separaba de la fe cristiana: su aversión al milagro, que él mismo se esforzaba por mantener y fomentar. Observó que había en él una formal voluntad de no creer y de apoyar con positivos argumentos su propia incredulidad. No había tal lucha entre la luz y la justicia de una parte, y de otra los dogmas absurdos y opresores de la religión. No. Todo esto vio claro que no era más que un montón informe de fútiles pretextos a que él recurría para cohonestar su aversión a las verdades eternas. El paso al catolicismo tuvo lugar en Copenhague a finales del año 1898, cumplidos sus 30 años. Viviría luego algo más de otros sesenta. J. Joergensen estaba verdadera y definitivamente convertido al catolicismo. Al año siguiente creyó que debía explicar a sus antiguos compañeros de lucha antirreligiosa los motivos de su conversión, lo que hizo en forma de respuesta a los reproches de un amigo, en un breve escrito que intituló La mentira de la vida y la verdad de la vida. «Vosotros creéis -decía a los materialistas daneses- que vais buscando la verdad, la felicidad, la libertad; pero esos no son más que pretextos para excusaros de examinar con seriedad el problema de vuestra vida. Yo también he corrido tras estos objetos con más febril ansiedad y perseverancia que vosotros, sin parar un momento hasta encontrarlos, y no los encontré nunca hasta el día en que me arrojé en los brazos de la fe cristiana». De más está advertir que no por haber renunciado Joergensen a sus antiguas ideas, dio también de mano a su profesión de hombre de letras: la prosiguió con más ardor que antes. Apenas convertido publicó un interesante estudio histórico-estético sobre la abadía de Beuron y una colección de Parábolas, que es acaso su obra poética más pura y acabada. Otras son: El último día, Los enemigos del infierno, El fuego eterno, Eva (novela), etc., etc.; pero ninguna de estas iguala en bellezas literarias ni en tesoros de descripción pintoresca a su hermoso libro de las Peregrinaciones franciscanas, superior, por la delicadeza y profundidad del sentimiento religioso, al Libro de viaje. El ex-compañero de luchas de Mr. Brandes, traído a la fe cristiana por el espectáculo de las ceremonias franciscanas de Asís y la lectura de los antiguos biógrafos de san Francisco, volvió de nuevo a Italia a visitar todos los lugares que conservan vestigios y memorias del gran Patriarca, el santo favorito de su devoción y amor; y las impresiones de este viaje son las que nos describe en sus Peregrinaciones con ese estilo suyo sobrio, delicado, lleno de unción a la vez científica y piadosa. Pero este libro de las Peregrinaciones no era más que una introducción a otro de más aliento y de mayores proporciones, en que el joven converso iba a derramar a manos llenas los tesoros de su erudición, discernimiento histórico, exquisita poesía y, más que todo eso, de su devoción filial al Santo bendito de sus más íntimos amores, el Seráfico Patriarca de los pobres, a cuya especial intercesión él atribuía el haber dado con la luz y la felicidad después de larga noche de dudas y de falsa cultura. Este libro es: San Francisco de Asís. Su vida y su obra. Johannes Joergensen murió en su ciudad natal, Svendborg, el 29 de mayo de 1956. Fue voluntad suya morir donde nació; que sus huesos volviesen a Dinamarca; que reposaran en la tierra de su linaje. El nonagenario escritor y poeta, si tuvo cuna protestante, vida azarosa luego y conversión sincera después, descansa ahora en paz en tumba católica. II. LA BIOGRAFÍA «SAN FRANCISCO DE ASÍS» Pensador, historiador, escritor y periodista, J. Joergensen era de natural romántico y sentimental, poeta inspirado y muy leído. En todas sus obras hagiográficas armoniza la poesía con la verdad histórica. Así lo lleva a cabo en las biografías de santa Catalina de Siena, Don Bosco, Charles de Foucauld, santa Brígida y otras. Por lo que se refiere a San Francisco de Asís, hay que añadir su especial devoción al santo, quien, a su juicio, «fue también un poeta y un converso». 1. Características de la obra El libro sobre el Pobrecillo de Asís de J. Joergensen salió en original danés y en Copenhague el año 1907. Fue inmediatamente traducido a varias lenguas; en castellano gozamos de dos versiones distintas: la de R. M. Tenreiro (Madrid 1925, 3.ª ed.), y la de A. Pavez (Santiago de Chile 1913; Buenos Aires 1945); en nuestro trabajo citamos esta última por considerarla más lograda. Precede una larga introducción y una concienzuda investigación (no incluida en las traducciones al castellano) sobre las fuentes franciscanas como habían hecho ya Paul Sabatier y los acreditados historiadores franciscanos de Quaracchi, con quienes mantuvo una sincera amistad. Estudia con suma detención el enorme cuerpo documental, compulsado en archivos y bibliotecas. En estas fuentes de información apoya su relato histórico, que lleva a cabo mediante los métodos modernos de crítica interna y externa, como quien aspira a que se le dé fe en lo que afirma y sostiene. Raoul Manselli, investigador de primera fila, escribe: «La prueba más álgida de amor a Francisco y a Asís la dio Johannes Joergensen, uno de los líricos más grandes de la literatura danesa, cuando quiso dedicarse a historias del Medievo, a fuentes, a herejes y estudiosos, para aproximarse más al santo, al que le acercó sobre todo su condición de cristiano y alma de poeta». Se entregó con tesón y humildad a la elaboración de la biografía del Pobrecillo de Asís con plena conciencia de la dificultad que entrañaba. En la Introducción del libro sitúa a san Francisco en el marco de su tiempo, describiendo el escenario y entorno político, civil y religioso de la época y los pueblos en los cuales el santo desenvolvió su fecunda acción apostólica. Lo que sin duda hace más amable su obra es el caudal de sentido poético de que se halla impregnado su espíritu cuando narra hechos concretos. No podía ser de otro modo tratándose del Pobrecillo de Asís que, si no fue un poeta académico, lo fue en los actos de su vida y en aquel simpático y penetrante amor a la naturaleza. Joergensen articula armónicamente los hechos en doble clave, histórica rigurosa y estilo lírico, dado que de otra manera sería mutilar dos veces al Creador. «Lo bello es el resplandor de lo verdadero», filosofaba Platón, y Joergensen lo entiende así cuando lo describe en su San Francisco, y lo siente incluso en sí mismo y en todos sus libros. 2. Parangón entre Johannes Joergensen y Paul Sabatier Es interesante hilvanar un parangón entre Johannes Joergensen, católico, y Paul Sabatier, protestante. Sabatier conquistó fama mundial por su Vie de Saint François d'Assise. Se le considera como uno de los pioneros en el descubrimiento y estudio crítico-interpretativo de las fuentes franciscanas durante aquella época. Incrementó sus estudios con otras obras y trabajos, especialmente con la edición de textos franciscanos primitivos e inéditos. Joergensen fue contemporáneo de Sabatier y ambos fueron amigos personales. Son considerados como dos polos de atracción, con influjos diversos. Manselli asevera que la mayoría de los biógrafos posteriores a Sabatier y Joergensen, «no pueden sustraerse del círculo mágico de los dos». Si bien eran amigos, difieren substancialmente en la interpretación de hechos importantes de la vida de san Francisco. Veamos algunos. El biógrafo danés acentúa la humanidad del Pobrecillo de Asís. Quizás no se detiene del todo en la experiencia mística del santo, debido a que no poseía una preparación teológica cabal. Se concentra más en valorar el alma poética del que fue trovador de Asís. Cierto que algunas páginas llegan al límite extremo, más allá del cual la historia corre el riesgo de convertirse en novela, pero cabe no señalar lagunas de calibre ni una predisposición intencionada cuando distingue la simple leyenda de la rigurosa historia. Por otra parte, como alguien ha escrito, la leyenda es la quinta esencia de la historia porque nos da su espíritu... Sabatier, por el contrario, influido por el positivista Renán, del cual recibió el encargo de escribir una biografía de san Francisco, se ciñe estrictamente a los textos primitivos, algunos descubiertos por él mismo. Este método le induce a negar el ámbito sobrenatural inverificable; al mantener vivo el escrúpulo de una investigación erudita, se ciñe a testimonios críticamente discutibles por unos, pero avalados por otros. Otra divergencia de opinión: J. Joergensen presenta un Francisco con una incondicional adhesión al papa de Roma y a la Santa Sede. Fundamenta su argumentación en las palabras del santo fundador contenidas en la Regla: «El hermano Francisco promete obediencia y reverencia al señor Papa Honorio y a sus sucesores canónicamente elegidos y a la Iglesia romana» (2 R 1,2). Sabatier, por el contrario, en su célebre biografía franciscana, presenta al santo como un hombre liberal y liberado de la tiranía de Roma, víctima del poder absolutista -tanto en lo temporal como en lo espiritual- representado por los pontífices Inocencio III y Honorio IV. Fundamenta su tesis en el Testamento del santo cuando dice: «Nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio» (Test 14). El historiador protestante da a estas palabras un sentido restrictivo de reproche a la jerarquía eclesiástica, tanto de Asís como de Roma. Esta visión indignó a la Curia vaticana, que incluyó su obra en el Índice de libros prohibidos. Hay que reconocer, sin embargo, que Paul Sabatier rectificó en parte sus criterios en ediciones posteriores de su libro. Otro aspecto discrepante entre los dos historiadores es la interpretación que dan de la experiencia religiosa de Francisco. Joergensen, que se considera fiel a los biógrafos contemporáneos del santo, revela a Francisco como el hombre que descubre a Cristo y se esfuerza en imitarle incluso en los más mínimos detalles hasta ser llamado otro Cristo en la tierra ("alter Christus"). Sabatier, por el contrario, describe al santo como un simple profeta laico, denunciador, como hemos dicho, de los abusos del poder civil y religioso. Volviendo a su escepticismo, niega la estigmatización del santo, un evento místico no dado en anteriores siervos de Dios, avalado por algunos contemporáneos, como san Buenaventura, Doctor de la Iglesia, digno de toda reputación. Asimismo no admite el hecho de la indulgencia de la Porciúncula o del "perdón de Asís". Por lo que se refiere a este último acontecimiento, Joergensen, al principio, tampoco lo reconocía como un hecho histórico, pero luego se retractó, convencido de los serios argumentos de los historiadores franciscanos de Quaracchi y en particular del prestigioso investigador alemán, E. Holzapfel, especialista en historia franciscana y amigo de Joergensen. Lo expresó éste con suma humildad en la Presentación de la edición italiana de su libro: «Mi primera idea ha cambiado en esta edición, inducido y convencido por los argumentos de mi estimadísimo padre Eriberto Holzapfel». Según los mejores críticos modernos el hecho de los estigmas en san Francisco es históricamente uno de los más demostrados; negándolo se renunciaría a prestar fe a cualquier otro documento de valor indiscutible. Finalmente, por lo que a los escritos de san Francisco se refiere, Joergensen y Sabatier son unánimes en darles valor histórico, pero difieren en su interpretación: el primero pone el acento en textos poéticos y de más calor humano; el segundo se ciñe a resaltar la influencia e intromisión de la Curia romana en los mismos, especialmente en la Regla. En resumen: no es excesivo afirmar que J. Joergensen percibió en Francisco de Asís un convertido frente a las inquietudes juveniles del siglo XIII, un trovador en busca de la verdad y del bien, y un cantor de las maravillas de la creación. En su vida, Joergensen, como Francisco, aceptó con humildad la llamada divina a la conversión; los dos, más o menos a la misma edad. 3. Estilo literario de Joergensen Johannes Joergensen no se cansa de afirmar que, desde siempre, Francisco amaba la poesía y el canto, incluso antes de su conversión. Después, su lirismo místico se inspira en la naturaleza toda. «Para apreciar este fenómeno debidamente, es menester comprender las relaciones del santo con las maravillas de la creación. Todo ser era para él una viva palabra de Dios. La creatura le servía para comprender al Creador y este sentimiento lo llenaba de una perenne alegría y de un incesante anhelo de rendirle gracias». Para sostener esta opinión, Joergensen cita un texto de las fuentes franciscanas: «Nosotros que estuvimos con él veíamos que era tan grande su gozo interior y exterior en casi todas las criaturas, que, cuando las palpaba o contemplaba, más parecía que moraba en espíritu en el cielo que en la tierra» (EP 118). Joergensen, poeta como el santo, se detiene con predilección en el estudio del famoso poema de Francisco: Cántico de las criaturas o del Hermano Sol, «la primera flor de la poesía italiana, escrito en su idioma nativo». Le dedica un capítulo entero en el que comenta primero las verdaderas relaciones de Francisco con el mundo creado, que difieren absolutamente del panteísmo. «Su actitud ante la naturaleza fue pura y simplemente la del primer artículo del Credo de la Iglesia». Luego compara este Cántico con el bíblico que entonaron Ananías, Azarías y Misael, con la diferencia de que Francisco añade la bondad y utilidad de cada cosa. Después de transcribir el texto original italiano del Cántico, termina con una breve consideración sobre el hecho de que algunos de los compañeros del Pobrecillo de Asís anduvieran por el mundo -como verdaderos juglares de Dios- entonando la nueva canción. Los mejores críticos aseveran el carácter poético de la Vida de san Francisco de Joergensen, no apartándose un ápice sin embargo de los datos rigurosamente históricos. Lo constata Manselli: «Joergensen, uno de los líricos más grandes de la literatura danesa, llegó a san Francisco no por sugerencia de un Renán como Sabatier o por estudios de teología o de derecho, sino a partir de la poesía y de la inquietud espiritual. Ha consagrado páginas densas de poesía, en las que se palpa la viveza del recuerdo y la nostalgia». En resumen, el libro refleja la nostalgia e inquietudes interiores que el autor experimentó en su propia vida. Quizás este último fenómeno ha contribuido a la gran difusión de su obra, vertida a la mayoría de las lenguas europeas. Todavía hoy ocupa un lugar importante entre las múltiples biografías que se han escrito del santo de Asís. -------------------------------------------------------------------------------- [Teodoro de Wyzewa, Juan Joergensen, en J. Joergensen, San Francisco de Asís, Santiago de Chile 1913, pp. XVI-XXIII.- F. Gamissans, Johannes Joergensen. Historiador y poeta de S. Francisco, en Verdad y Vida 60 (2002) 159-168] . -------------------------------------------------------------------------------- .

UNA HISTORIA DE SAN FRANCISCO .. HERMANN HESSE ............POR RITA AMODEI

Una historia de San Francisco escrita por Hermann Hesse ++++++++++++++++++++++++ El libro San Francisco de Asís, del gran escritor alemán Hermann Hesse (1877-1962) -fascinado por la figura del santo cuyo nombre tomó Jorge Bergoglio al convertirse en Papa- describe a este hombre singular que sintió el llamado de Dios y no dudó en abandonar todo para predicar el evangelio entre los más pobres. ImprimirAccesibleAccesible Publicado por la editorial Edhasa, el libro escrito por Hesse en 1904 estaba inédito en español, pero la ola de popularidad del primer Papa latinoamericano ha puesto en foco la vida de un santo cuya vida fue transmitida de manera oral de generación en generación. El Premio Nobel de Literatura quedó cautivado desde un principio por la figura del `poverello` de Asís, que vivió entre 1181 y 1226. Había nacido en una familia acomodada, su padre era comerciante y su madre -Domenica Pica- pertenecía a una familia noble de la Edad Media. Antes de tomar una decisión es probable que el joven Francisco haya sido influenciado por un cierto espíritu de época: "Con el florecimiento del libre urbanismo y de la cultura burguesa-ciudadana se despertaron fuertes necesidades nuevas -escribe Hesse- a las que la Iglesia no supo corresponder (...) Un ardiente deseo de instrucción y consuelo, de transmisión e interpretación del Evangelio colmaba todas las almas". También, advierte el escritor, "eran los tiempos en que resonaban las primeras canciones de los trovadores, y un soplo de ellas conservó Francisco de por vida; la necesidad de una cierta exaltación poético-artística de la vida y de su valor nunca volvieron a abandonarlo del todo". Las novelas del autor alemán están marcadas por una búsqueda espiritual ("Demian", "Siddhartha", "El lobo estepario"), pero es en su primera novela "Peter Camenzind", donde el protagonista, gran admirador de San Francisco terminará por dedicarse a los más necesitados. Cuenta Hesse que en 1210, "cuando Francisco ya contaba con un pequeño número de discípulos, se dirigió a Roma y le pidió al Papa que confirmara a su joven congregación (...) Su orden se convirtió por siglos en fuente y hogar de los verdaderos predicadores populares y en uno de los pilares más confiables y poderosos de la Iglesia romana". Y resalta el profundo amor del Santo por la naturaleza, donde radica "el misterioso hechizo que Francisco ejerce aún hoy, incluso sobre personas indiferentes a la religión". No habían pasado ni dos años de su deceso cuando tuvo lugar, en julio de 1228, la santificación por parte de Gregorio IX; simultáneamente, "se colocaron los cimientos de la iglesia de Francisco en Äsís, que puede considerarse en cierto modo como el lugar de nacimiento del gran desarrollo artístico de Italia", enuncia el escritor. El libro incluye, además, una serie de fábulas inspiradas en las enseñanzas de Francisco a sus discípulos, que comenzaron a circular cuando él todavía vivía y que fueron resignificadas con el paso del tiempo: "Estas historias, casi sin excepción de una ingenuidad folclórica y una frescura vital, fueron recopiladas en Umbría por primera vez en el siglo XIV bajo el nombre de `Fioretti di San Francesco`". "Las Fioretti -define Hesse- constituyen el monumento más hermoso y perenne que jamás haya erigido a un gran hombre la literatura de su pueblo". Además, el libro incorpora un cuento donde el autor imagina la infancia del santo, escrito en 1919. Y por último un ensayo sobre la influencia que la vida del santo ejerció sobre el escritor, a cargo de Fritz Wagner. "Desde el Medioevo hasta el presente, la figura de Francisco de Asís ejerció una enorme fascinación sobre las artes plásticas y la literatura. En la literatura moderna, la resonancia del `pater seraphicus` se articula de manera especialmente polifacética", afirma Wagner. El ensayista involucra, entre otros autores a "la ideología y la mística de Rainer Maria Rilke", "la apología cristiana de Gilbert Keith Chesterton" y "la cosmovisión ético-estética de Hesse". +++++ Por el fervor causado por el nuevo Papa, se tradujo por primera vez al español la biografía que el premio Nobel escribió sobre el santo. El Sumo Pontífice tomó su nombre para asumir al frente de la Iglesia católica Desde que el cardenal Jorge Bergoglio ocupó la silla de Pedro y eligió llamarse Francisco, en el marco del entusiasmo que generó en todo el mundo y en Argentina especialmente, el arte le rindió diversos homenajes. La música, la pintura, con retratos. Ahora, parece ser el turno del mundo literario. La editorial Edhasa acaba de publicar San Francisco de Asís de Hermann Hesse(1877-1962), un libro escrito en el año 1904 y hasta ahora inédito en español. Un texto en clave de relato oral, acorde al modo en que se divulgó en un principio la obra y la figura del “pobre” (poverello) de Asís –como fue llamado San Francisco, quien se estima vivió entre 1181/82 y 1226. Hesse nos cuenta la conversión de un joven de familia acomodada e influyente de la Edad Media, con firmes aspiraciones a caballero, en un hombre que se desprendió de todas sus riquezas materiales para dedicar su vida a los pobres, los excluidos y los enfermos. Uno de los aspectos que más admira Hesse y que destaca a lo largo de todo el libroes la conexión que tenía el Poverello con la naturaleza. “En tanto él [Francisco de Asís] incluía en su amor a Dios a toda la Tierra, las plantas, los astros, los animales, los vientos y las aguas (…) fundaba el idioma de lo atemporalmente humano”, afirma el autor alemán. ¿En qué se relacionan el escritor alemán con el fundador de la Orden Franciscana? En mucho, ciertamente, pues la obra de Herman Hesse tiene su razón de ser en una profunda y persistente búsqueda espiritual. Ejemplos de esto son su Demian, donde se describe el cambio de valores morales y religiosos por parte de un adolescente a manos de un enigmático y persuasivo alumno de su misma escuela; o Siddhartha, que narra la vida de un hindú que emprende un viaje a través de Oriente con el objetivo de alcanzar la sabiduría y la elevación espiritual; y El lobo estepario, donde además de aborrecer los vicios de la vida moderna y la falta de espiritualidad, Hesse pone en duda los límites formales entre el hombre y todo lo que lo rodea. Sin embargo, el ejemplo más claro lo podemos encontrar en su primera novela, Peter Camenzind, la historia de un hijo de campesinos, ferviente admirador de San Francisco, que deja su hogar para lanzarse al mundo, y que finalmente dedicará su vida a los más necesitados. En otras palabras, la primera novela de Hermann Hesse ya estuvo inspirada en la vida y obra del santo italiano. El libro incluye además una serie de fábulas inspiradas en las enseñanzas de Francisco a sus discípulos; un original cuento donde el autor imagina la infancia del protagonista, y un análisis teórico sobre la gran influencia de este santo en el arte renacentista. El libro se cierra con un texto de Fritz Wagner sobre la fuerte influencia del santo en la vida del Premio Nobel de Literatura 1946. Por todas estas razones, San Francisco de Asís se vuelve un texto imprescindible para conocer la vida del hombre que inspiró a Jorge Bergoglio al momento de encarar la responsabilidad de ser Papa. Pero este libro está también destinado a los amantes del autor de Narciso y Goldmundo, que quieran conocer aún más la esencia de su pensamiento filosófico y los valores que creía fundamentales en el ideal del espíritu humano.

SAN FRANCISCO DE ASIS ..... POR RITA AMODEI

MUSICA DE TODOS LOS SANTOS .....POR RITA AMODEI

AMAR LA VIDA . FRANCISCO I PAPA ......POR RITA AMODEI

REABRIMOS ESTE BLOG EN RAZON DE LA ADQUISICION DE ELEMENTOS HAGIOGRAFICOS . ANTES DE RECOMENZAR CON EL BLOG QUIERO DEDICAR UNA PALABRAS A EXALTAR LA DEDICACION DE SU SANTIDAD FRANCISCO I AL CIUDADO DE ANIMALES Y PLANTAS. ESTA NO ES UNA CONDUCTA EXTRAVAGANTE DEL SUMO PONTIFICE SINO LA DISPOSICION DE SUSER INTERIOR A AMAR Y RESPETAR CON COMPASION A LAS CRIATURAS CREADAS POR DIOS Y QUE FORMAN POARTE Y DAN DIVERSIDAD A LA NATURALEZA . UTILIZO LA PALABRA COMASION PORQUE ASI NOS AMO A NOSOTROS NUESTRO SALVADOR Y ASI ES COMO NOSOTROS DEBEMOS CIUDAR DE LOS QUE TAMBIEN FORMAN PARTE DEL REINO DE DIOS AQUI EN LA TIERRA . ESPERAMOS QUE LO QUE HACE EL PAPA FRANCISCO I POR ANIMALE Y PLANTAS SEA EJEMPLO A LAS CONGREGACIONES RELIGIOSAS SECULARES , LAICOS CONSAGRADOS Y PARA TODO EL PUEBLO QUE S E DICE CRISTIANO Y CATOLICO . RITA AMODEI

miércoles, 17 de julio de 2013

NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO 16 DE JULIO .....POR RITA AMODEI

NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO 16 DE JULIO TAL COMO COMENZAMOS ESTE BLOG . ASI LO CERRAMOS RINDIENDOLE HONORES A LA SANTITSIMA VIRGEN MARIA . RITA AMODEI Nuestra Señora del Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, es una de las diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, un nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como 'jardín'. Existen hoy en activo órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo, masculinas y femeninas, las cuales giran en torno a esta figura mariana. En España es patrona del mar y de la Armada Española. También lo es del Ejército de los Andes, que liderado por el general José de San Martín, gestó la independencia de Argentina y Chile. Es considerada Reina y Patrona de Chile, de sus Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile; es patrona de la Policía Nacional de los colombianos, los transportadores en Colombia; en el Perú es “Patrona del Criollismo” y "Alcaldesa de la Ciudad de Lima"; en Bolivia es la patrona de la Nación y de sus Fuerzas Armadas; y en Venezuela es la patrona del Ejército. Esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman Carmen, Carmela o Carmelo, celebrando su onomástica el día de la fiesta de esta Virgen, el 16 de julio. Orígenes del culto ---Según la tradición, durante la celebración de Pentecostés, algunos fieles que investigaban la vida de los profetas Elías y Eliseo en el Monte Carmelo, actual Israel, fueron convertidos al catolicismo tras la aparición de una nube en la que iba una imagen de María. En ese monte, fundaron un templo en honor a la Virgen y la congregación de los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, la que pasó a Europa en el siglo XIII luego de su persecución en Tierra Santa. El 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le habría aparecido a San Simón Stock, superior general de la Orden, al que le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. Según es tradición la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo, creencia que ha sido respaldada por los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho escapulario. La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa y América, destacando entre ellos España, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Perú y Venezuela. Devoción en Europa[editar]España[editar]España es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. Los pescadores han nombrado a la Virgen del Carmelo su fiel protectora y, además, la Marina Española le ha concedido el título de Patrona. Por esta razón, la Virgen del Carmen es conocida como "la estrella de los mares" (Stella Maris). El primer convento carmelita de la Península Ibérica aparecería en Perpiñán (Francia), entonces ciudad de la Corona de Aragón, estableciéndose su fecha fundacional entre 1265 y 1269. Su propagación fue rápida por toda la península ibérica, llegando a Sevilla en 1358, ciudad desde la que se impulsará la creación de la destacada Provincia Bética Carmelitana, en 1499. En esta época empezarán a surgir las primeras comunidades femeninas de religiosas carmelitas en todo el territorio. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, también durante el siglo XVI, introdujeron profundas reformas en el seno de la Orden dando origen a los "Carmelitas Descalzos", una nueva congregación más austera que se separa de la orden matriz, la cual pasó a llamarse "Carmelitas Calzados" o de la "Antigua Observancia". A pesar de esta división, continuaron en siglos sucesivos su camino espiritual por todo el mundo. Prácticamente todos los pueblos y ciudades de la costa española rinden culto religioso a la Virgen del Carmen, organizándose procesiones y vistosas romerías marítimas portando su imagen cada 16 de julio: destacan las celebraciones de Águilas, Algeciras, Barbate, Cádiz, Camariñas, Cee, Chiclana de la Frontera, Corcubión, El Perelló, El Puerto de Santa María, Estepona, Isla Cristina, La Isleta, La Línea de la Concepción, La Orotava, Los Realejos, Málaga, Marbella, Marín, Mazagón, Puente Mayorga, Puerto de la Cruz, Punta Umbría, Revilla de Camargo, Rota, San Fernando, San Pedro del Pinatar, Suances, Santander y Santurce. Pero es quizá más significativo, por antiguo y secular, el enraizamiento de la advocación en determinadas localidades del interior no vinculadas con el mar, pero consagradas históricamente a la Virgen del Carmen: Asturianos, Baeza, Beniaján, Cox, Durcal, Guadix, Jerez de la Frontera, Las Fraguas, Peleas de Abajo, Peñausende, Hinojosa del Duque, Rute, y San Fulgencio, entre otras. En la Semana Santa Sevilla (España) procesiona la Hermandad del Carmen Doloroso (Sevilla) en el Miércoles Santo Virgen del Carmen en Santurce Virgen del Carmen en Peñausende Virgen del Carmen de Rute Virgen del Carmen de Barbate La Virgen del Carmen es patrona de las siguientes ciudades y pueblos: Almodóvar del Campo (Ciudad Real). Arguineguín (Las Palmas). Asturianos (Zamora). Baracaldo (Vizcaya). Barbate (Cádiz). Benalúa (Granada). Beniaján (Murcia). Camariñas (La Coruña). Campillo de Salvatierra (Salamanca). Cangas del Narcea (Asturias) Castell de Ferro (Granada). Celorio (Llanes, Asturias). Cevico Navero (Palencia). Cobeja (Toledo). Corcubión (La Coruña). Cox (Alicante). Dúrcal (Granada). El Campello (Alicante). Estepona (Málaga). Fuengirola (Málaga). Candelaria (Santa Cruz de Tenerife). Galaroza (Huelva). Gea y Truyols (Murcia). Gérgal (Almería). Grazalema (Cádiz). Huécija (Almería). La Antilla (Huelva). La Caleta (Málaga). La Eliana (Valencia). La Graciosa (Las Palmas). Ledesma (Salamanca). Liétor (Albacete). La Savina (Formentera) La Yesa (Valencia). Las Ventas de Retamosa (Toledo). Laredo(Cantabria). Los Gallardos (Almería). Marbella (Málaga). Mazagón (Huelva). Molinicos (Albacete). Mula (Murcia). Navas de Tolosa (Jaén). Ortigosa de Cameros (La Rioja). Pedroso de la Armuña, El (Salamanca). Paradas (Sevilla). Paterna del Campo (Huelva). Peleas de Abajo (Zamora). Peñausende (Zamora). Pozo de los Frailes, Níjar (Almería). Pozuelo de Alarcon (Madrid). Prado del Rey (Cádiz). Puerto de Sagunto (Valencia). Purchena (Almería). Ribadeo (Lugo) Renales (Guadalajara). Revilla de Camargo (Cantabria). Rute (Córdoba). San Andrés (Santa Cruz de Tenerife). San Ciprián (Lugo). San Esteban de Pravia (Asturias). San Fernando (Cádiz). San Juan del Puerto (Huelva). San Millán de la Cogolla (La Rioja) San Pedro del Pinatar (Murcia). San Vicente de la Barquera (Cantabria). Sanlucar la Mayor (Sevilla). Santo Ángel (Murcia). Santurce (Vizcaya). Setenil de las Bodegas (Cádiz). Suances (Cantabria). Tapia de Casariego (Asturias). Tera (Soria). Torremolinos (Málaga). Torresandino (Provincia de Burgos). Trabanca (Salamanca). Trigueros (Huelva). Valdelaguna (Madrid). Valleseco (Santa Cruz de Tenerife). Venta del Pobre, Níjar (Almería). Villasandino (Provincia de Burgos). Yuncler (Toledo). Virgen del Carmen de La Orotava Virgen del Carmen de Beniaján Virgen del Carmen de Amorebieta Virgen del Carmen de Amusco La devoción a la Virgen del Carmen fue llevada por los misioneros españoles en la época de la colonización española de América, estando por tanto íntimamente unida a la historia de Hispanoamérica. Malta ...La Virgen del Carmen es la patrona de la capital maltesa, la ciudad de La Valeta. Devoción en América --Argentina Procesión de la Virgen del Carmen en Nogoyá.La Virgen es venerada en numerosas ciudades a lo largo del pais. Esta advocación mariana es patrona del Ejercito de los Andes, fundado por el General San Martin. Es patrona de las siguientes ciudades de la Provincia de Buenos Aires: Ciudad de Cañuelas, su parroquia principal lleva su nombre: "Nuestra Señora del Carmen". De la ciudad de Lobos. En Zárate también es su virgen patrona. En Las Flores provincia de buenos aires tambien es su patrona En Tres Arroyos. En General La Madrid En la Parroquia de General Villegas. En la Ciudad de Carmen de areco todos los 16 de Julio se rinde culto a La Virgen del Carmen se realizan actividades religiosas en honor a la Sta. Patrona, la peregrinación a pie junto a la imagen de la virgen hasta la parroquia que lleva su nombre "Nuestra Señora del Carmen", allí se realiza la misa. En Chivilcoy En el Colegio Nuestra Señora del Carmen de Suipacha En la Provincia de Tucuman es patrona de: El Barrio Villa 9 de Julio, en la Capital tucumana. La Ciudad de Famailla, en donde se la conoce como Virgen del los Cabellos La Ciudad de Aguilares, con amplia devoción. De Tafi del Valle. El Pueblo de La Madrid (departamento Graneros). En todas estas localidades tucumanas se celebra la fiesta patronal el 16 de julio con grandes muestras de fe y devoción. En la provincia de Córdoba: En la localidad de Capilla del Carmen En la Provincia de Santa Fe: En Helvecia, la parroquia lleva su nombre ya que es la patrona del pueblo. En la ciudad de Santa Fe existe la Basílica de Nuestra Señora del Cármen, iglesia que fuera elevada a esa categoría por el Papa Juan Pablo II. En la ciudad de Funes la parroquia Nuestra Señora del Carmen fué inaugurada el 10 de noviembre de 1912. Carmen Lejarza y Estela Jaccuzzi, ambas presidentas honorarias de la comisión de damas, contribuyeron al sostenimiento de la que en principio había sido una capilla. La señora Lejarza, por quien lleva el nombre la parroquia, trajo desde Europa la imagen de la Virgen Del Carmen y así resultó impuesto como Santa Patrona. En la Arquidiócesis de Rosario es Patrona de las parroquias y de los siguientes pueblos: Soldini, Pérez, Pujato. Además en la ciudad de Rosario existe una parroquia con su nombre a cargo de los Padres Carmelitas. En la ciudad de Nogoyá,provincia de Entre Ríos, la virgen es muy venerada y es la patrona del pueblo; inicialmente conocida como Nuestra Señora del Carmen de Nogoyá. En la Provincia de Corrientes: Es patrona en la ciudad de Bella Vista En la ciudad de Sauce, su imagen también se venera con amplia devoción. En Formosa es patrona de la provincia, y allí hay una parroquia con el nombre de la virgen, en la cual es venerada. En Puerto Iguazú, Provincia de Misiones, se encuentra la Parroquia Virgen del Carmen patrona de la ciudad y de las cataratas del Iguazú. En la Ciudad de El Carmen (provincia de Jujuy) todos los 16 de Julio también se rinde culto a La Virgen del Carmen mencionando la particularidad que desde el 1º hasta el 31 de Julio se realizan actividades culturales, deportivas y religiosas en honor a la Sta. Patrona organizados por diferentes instituciones de la ciudad como así también el municipio local siendo la única ciudad del país que tiene esta particularidad el 15 de julio se realiza la peregrinación itinerante por los diques Las Maderas y La Ciénaga lugo se recorre a pie junto a la imagen de la virgen 7 km hasta la parroquia allí a las 20hs se realiza el rezo de la misa luego serenata y a las 00:00 hs del 16 se le canta las mañanitas con los mariachis y toda la población recibiendo su día con fuegos artificiales el 22 se lleva a cabo el desfile cívico y militar en la ciudad de El Carmen. En Carmen de Patagones en la Provincia de Buenos Aires es la patrona y se encuentra su imagen en la parroquia de nuestra señora del Carmen , que es la primera y la mas antigua construida en la Patagonia Argentina .A su lado estàn Ceferino Namuncurà Y Don Artèmides Zatti y tambien hay 2 banderas, pertenecientes a la armada Brasileña , debido a que el 7 de marzo de 1827 , Brasil intentò invadir nuestro paìs y fue derrotada su armada por las fuerzas del fuerte de Patagones y los vecinos . Episodio muy importante de nuestra historia que no es muy conocida y que permitiò que hoy todos podamos seguir disfrutando del territorio Patagònico . Bolivia[editar]La devoción a la Virgen del Carmen traída por los misioneros españoles en la época colonial, esta íntimamente unida a la historia de Bolivia. Durante el tiempo de las luchas por la independencia, los patriotas la tomaron como su protectora. El 16 de julio de 1809 se produjo una revolución en la ciudad de La Paz, encabezada por don Pedro Domingo Murillo en contra del gobierno español, aprovechando la procesión en la fiesta de la Virgen del Carmen. Después de destituir a las autoridades realistas, la Junta Tuitiva proclamó la liberación de estas tierras del poder de la corona española. Días después, los patriotas volvieron a sacar en procesión a la imagen de la Virgen del Carmen, en acción de gracias por el triunfo del levantamiento, pero esta vez con el gorro frigio de la libertad en vez de la corona y con un sable en la mano. El Papa Pío IX la proclamó "Patrona de Bolivia" en 1851 y ratificada por el gobierno de Bolivia en 1852. Posteriormente, por Ley del 11 de octubre de 1948 fue proclamada "Generala y Patrona de las Fuerzas Armadas de la Nación". Su fiesta es celebrada con mucha devoción y solemnidad en muchos pueblos y ciudades del país, y con la participación de las Fuerzas Armadas. Virgen del Carmen de Chile. Este artículo o sección necesita una revisión de ortografía y gramática. Puedes colaborar editándolo (lee aquí sugerencias para mejorar tu ortografía). Cuando esté corregido, borra este aviso, por favor. Puedes ayudarte del corrector ortográfico, activándolo en: Mis preferencias → Accesorios → Navegación → El corrector ortográfico resalta errores ortográficos con un fondo rojo. Chinita del Carmen de La Tirana Salida a Procesión de la Imagen de la Virgen del Carmen del Santuario de La Tirana. Imagen de la Virgen del Carmen en el Santuario de La Tirana. Fotografía de la procesión de antaño en el Santuario de La Tirana.En el pueblo de La Tirana, al interior de Iquique, cada 16 de julio los fieles peregrinan hacia el Santuario en busca de su Madre. Aquí es donde se celebra con mayor devoción a esta advocación de la Madre de Dios, ya que es en este poblado donde se cuenta el Relato Fundante referido a la india Ñusta Huillac: En el otoño de 1535, salió del Cusco, rumbo a Chile, el conquistador Diego de Almagro, con unos 500 españoles y diez mil indígenas. Entre ellos llevaba, como rehenes, a Huillac Huma, último Sumo Sacerdote del Culto del Sol, con su hija de 23 años, la Ñusta (princesa) Huillac. La joven logró huir y se refugió con algunos seguidores en un oasis de la Pampa del Tamarugal. Ejecutaba sin piedad a todo extranjero o indígena bautizado que cayera en sus manos. La llamaban la “Tirana del Tamarugal”. Pero un día apareció un joven muy apuesto, Vasco de Almeida. La Ñusta se enamoró perdidamente e inventó la forma de demorar su muerte. Vasco le trasmitió la fe cristiana y su devoción al Carmelo, y tal fue el amor entre ellos, que la Ñusta al preguntarle si era cierto que había un Dios supremo que daba vida eterna después de la muerte, asintiendo éste, pidió que le bautizara, y en ese momento, cuando sus seguidores descubrieron su traición, los mataron a ambos bajo una lluvia de flechas, derramando la sangre sobre esas tierras. Años más tarde, un evangelizador español, Fray Antonio Rondón, descubrió entre las ramas de tamarugos una tosca cruz de madera. Enterado de la tragedia, levantó en el lugar una capilla en honor a la Virgen del Carmen, que fue enviada por Dios para convertir por siempre en Santuario el Tamarugal. Desde entonces se celebra la Fiesta, que hoy es Solemnidad de N. S. del Carmen, comenzando el día 10 de julio, y finalizando el 17 de julio con la subida de la Chinita a su camerino. Estos días de Solemnidad están marcados por la llegada de bailes como la diablada, las cuyacas, el baile chino, etc. a danzar a la Chinita, durante 8 días danzando día y noche. El dia 15 de julio se realiza la Eucaristía de Vísperas en la Plaza del Santuario, congregando millares de peregrinos. Llegada de la devoción a Santiago[editar]Cuando llegaron los frailes de la Orden de San Agustín a Chile el año 1595, iniciaron la propagación de la Virgen del Carmen creando varios años más tarde la primera cofradía de ésta. Su imagen es usada como patrona del Ejército Libertador de Argentina y Chile. El 5 de diciembre de 1811 se celebra una misa de acción de gracias por orden de José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins en nombre de la Virgen, mientras que el 5 de enero de 1817 es José de San Martín quien la declara oficialmente "Patrona del Ejército de los Andes, colocando el bastón de mando en la mano derecha de la imagen religiosa. En las vísperas de la batalla de Chacabuco, O'Higgins proclama a la Virgen del Carmen como "Patrona y Generala de las Armas Chilenas". Ante el inminente desenlace final de la guerra de independencia tras diversas victorias realistas, cuyas tropas se acercaban a Santiago, se realizan oraciones en la catedral de la ciudad orando por la victoria de las tropas patriotas. Allí, O'Higgins, Director Supremo del país, promete la construcción de un templo en honor a la Virgen en aquel lugar donde se asegure la independencia de Chile: "En el mismo sitio donde se dé la batalla y se obtenga la victoria, se levantará un Santuario a la Virgen del Carmen, Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile, y los cimientos serán colocados por los mismos magistrados que formulen este voto, en el mismo lugar de su misericordia, que será el de su gloria." La victoria patriota en la batalla de Maipú, el 5 de abril de 1818, aseguró la independencia chilena y, cumpliendo con su promesa, O'Higgins ordenó la construcción del Templo Votivo en la actual comuna de Maipú. Su festividad, el 16 de julio es celebrada en el país desde 2007, reemplazando el feriado de Corpus Christi.[1] Costa Rica ---En el año de 1913, en la pequeña ciudad de Puntarenas corre la terrible noticia de que el «El Galileo», un barco de concha perla, con toda su tripulación a bordo, había naufragado cerca de la Isla del Caño. Don Hermenegildo Cruz Ayala, un chiricano panameño, que como tantos otros en aquella época vinieron a probar suerte al joven puerto costarricense, era el dueño de la colapsada embarcación. Don Hermenegildo, empujado por el dolor de los familiares de los tripulantes de su barco, y ante la conmoción de los porteños, se dirige al templo de la ciudad a pedirle a la Virgen del Carmen por sus trabajadores. El pueblo católico, encabezado por el padre Carmona -párroco del lugar-, ora por los hombres de los cuales no se tenía noticia alguna. El milagro sucede algunos días después, cuando llega la noticia de que los tripulantes del Galileo son trasladados hacia Puntarenas, por un barco que les rescató en tierra firme. En medio de la algarabía de los ciudadanos llegan al puerto aquellos hombres por quienes se había orado, para sorpresa de todos los creyentes. Ellos hablan de una mujer que, en medio de la tempestad y la tragedia, los alimentó y acompañó de modo que tuvieron suficiente fuerza para nadar a tierra donde fueron rescatados. Aquel mismo día se presentaron al templo, acompañados de sus familiares y amigos y subiendo de rodillas la Iglesia llegaron al lugar donde estaba la Virgen del Carmen, donde el capitán y uno de los marineros narró el milagro de la aparición de la Virgen y su inesperado salvamento en medio de la tormenta. Desde entonces, los porteños, la llaman la Virgen del Mar, y todos los pescadores salen por el Golfo de Nicoya a rendirle honor. Le dan gracias por el fruto de su trabajo y le piden confiadamente para que los proteja cada vez que salen al mar a buscar el sustento para sus hijos. Cada año, para el 16 de julio, costarricenses de todo el país acuden a Puntarenas a darle gracias. Colombia --Los transportadores colombianos la adoptaron como su patrona por la protección e intercesión que se le atribuye a la Virgen del Carmen en situaciones de peligro. Es común ver en las carreteras colombianas santuarios levantados en honor a la Virgen con decenas de velas alrededor, y farolas de los carros puestas por los conductores que pasan por el lugar y se detienen a orarle. Igualmente, los conductores mandan bendecir escapularios e imágenes los cuales cuelgan y pegan en sus vehículos a manera de escudo protector. El origen de esta devoción se sitúa en la Región Caribe de Colombia; los conductores salen en procesión por el Río Magdalena, llevando la imagen escoltada por centenares de chalupas. Luego, los transportadores terrestres llevan la imagen en una gigantesca caravana en la que hacen sonar las bocinas de los automóviles, haciéndose notar por cada pueblo que pasan. Uno de los municipios en donde se destaca la celebración del 16 de julio, día consagrado a la Virgen, es en Mompox y Guamal (Magdalena) En el centro del país los conductores y dueños de tractomulas realizan un homenaje en el autódromo de Tocancipá. Con una eucaristía se abre la fiesta de carreras de estos vehículos que vienen de todos los rincones del país para rendir culto a su benefactora. En la ciudad de Cúcuta también se efectúa una carrera de ciclismo todos los años en honor a ella. Allí asisten corredores de Colombia y Venezuela de categorías menores, juveniles, élites y másters. En 2008 cumplió su vigésima edición. el municipio de Caicedonia el el Valle del Cauca al momento de su fundación en 1910 fue encomendado a la Virgen del Carmen y luego en julio de 2012 se renovaron estos votos por parte del señor alcalde Jorge Aldemar Arias Echeverry. La Virgen del Carmen también es la patrona de Salento (Quindío) por lo que allí se realiza las tradicionales Fiestas en Honor a la Virgen del Carmen en la cual se realizan actividades litúrgicas y cadenas de oración. También se realiza una Cabalgata conmemorativa que parte del Valle de Cocora y llega al casco urbano de Salento. las fiestas terminan con un acto central en la Plaza Principal de municipio Quindiano en la cual se realiza el día de la virgen, el 16 de Julio. En Honda Tolima se celebra un banquete en honor a la Virgen del Carmen días previos a la fiesta con muestras culturales. Este evento fue iniciado por el Padre Josué Enciso Arbeláez en 1997 y, hasta la fecha, el 16 de julio se celebran varias liturgias y una misa campal con presencia de Monseñor José Miguel Gómez y sacerdotes de la ciudad en el parque El Carmen, uno de los más representativos de la ciudad. En el resto del departamento del Tolima se vive una sola fiesta, ya que el 16 de junio del año 1992 se declaró a la Virgen del Carmen De Apicala, como patrona y reina de la provincia eclesiástica de Ibagué: (arquidiocesis de Ibagué - Diócesis de Neiva - Diócesis de Florencia - Diócesis de Líbano honda - Diócesis de Espinal - Diócesis de Garzon - Vicariato Apostólico de San Vicente Puerto Leguizamo ) por lo tanto, como quedó decretado en las actas, es una fiesta religiosa casi que de precepto para estas ciudades y pueblos, que de diversas formas le rinden homenaje a su Santa Patrona de una forma excepcional con alboradas, procesiones, desfiles y bendiciones de vehículos. En honor a esta Virgen, también se festeja su día con honores en San Estanislao de Kostka (Arenal), Bolívar, donde es la patrona de dicho lugar. Se llevan a cabo unas fiestas patronales con prestigio en toda la costa colombiana alrededor del 7 al 24 de julio. Es la reina y patrona del municipio de El Carmen de Bolivar al igual que en La Ceja (Antioquia) quien adquirió una imagen barcelonesa de dicha advocación. También cabe resaltar que la Virgen Del Carmen es Patrona y Reina de las Fuerzas Armadas de Colombia, La Policía Nacional, Las Infantería de Marina y la Fuerza Aérea. También es patrona del Cuerpo de Bomberos. Ecuador ---En Ascázubi, una parroquia perteneciente al Cantón Cayambe en Pichincha-Ecuador, se encuentra una Fe muy fuerte. Ésta se inició con un grupo de moradores de la parroquia quienes, por su fe católica, construyeron una iglesia, con un trabajo muy arduo. Luego de terminar, los moradores de Asczázubi fueron a pedir al Quinche, el convento más cercano, que celebraran misas en la nueva iglesia y como en ese entonces la distancia era un obstáculo no podían ir ya que la única manera de llegar era caminando o con un buseta que solo salía en horarios especiales. Al ver que no se tuvo resultados favorables decidieron enviar una carta pidiendo un sacerdote residente a la Curia en Quito. Poco tiempo después llegaron a efectuar una inspección, y luego de un par de semanas de haberlo pedido, llegó un Cura con un Hermano de la orden Franciscana, quienes quedaron totalmente sorprendidos del trabajo realizado por los moradores. Al ver que era una iglesia nueva, el cura decide poner un patrono de Ascázubi, entonces es donde nace la intriga en el pueblo, allí se entró en votación. Los moradores intrigrados no sabían quién sería su patrón, cada vez que podían el padre les contaba diferentes historias de Santos, pero llegó un día donde llegó a sus oídos la Historia de la Virgen del Carmelo, fue impactante esta historia. Y desde ahí todos escogieron a su patrona. Y poco a poco fue creciendo una Fé. Los moradores poco tiempo después compraron a la imagen de la Virgen del Carmen. Actualmente la Virgen del Carmen, es responsable de muchos milagros a los moradores de Ascázubi, como salud, dinero, estabilidad emocional, trabajo, y eso es a luz pública ya que fieles han dado mantos a su patrona. Adicionalmente, la Virgen del Carmen es patrona de la ciudad de Zaruma, en la provincia de El Oro, en donde el mes de julio se celebra la elección la Reina de Zaruma, Reina Nacional del Café, a más de las procesiones en el día de la virgen (16 de julio) Guatemala -La devoción a la Virgen del Carmen en Guatemala es extendida, contando con varios templos dedicados a su advocación en la Ciudad Capital, siendo el principal el Santuario del Cerrito del Carmen, lugar del asiento original de la Capital de Guatemala en su cuarto traslado en 1776. La imagen de la Virgen del Carmen fue traída a Guatemala en el siglo XVII. La leyenda cuenta que Santa Teresa de Ávila quiso que esta imagen fuera llevada al Nuevo Mundo, augurando que a sus pies se levantaría una gran ciudad; la misma fue entregada por las carmelitas de Ávila (España) a Juan de Corz, quien venía al nuevo mundo como ermitaño. Después de su llegada a México desde España, a bordo de la nave “María fortaleza”, Corz se dirigió hacia Guatemala. Durante su paso por un cerro, en el Valle de las Vacas, la Virgen le indicó al ermitaño que en ese lugar quería reposar, erigiéndose bajo esa voluntad una iglesia-fortaleza en 1620, sobre la cumbre del cerro que desde entonces es conocido como Cerrito del Carmen. Así, la Virgen del Carmen, se convirtió en la primera huésped y patrona del Valle que pasó a llamarse "Valle de la Virgen", donde más de un siglo después se fundaría la Nueva Guatemala de la Asunción, actual capital de la República de Guatemala. México --Esta Virgen es también venerada en Ciudad del Carmen, en Campeche. La devoción de esta localidad surgió a partir de la expulsión de los piratas de la isla en la madrugada del 16 de julio de 1717, siendo atribuido el triunfo a la Patrona de los Marineros. Después se construyó un fuerte para defender la población y en el centro se construyó una capilla en honor a la Virgen del Carmen. A principios de 1900, los pescadores de la ciudad le regalaron a la Virgen una corona de oro; al igual que una más pequeña al niño, en 1956, año en que también se celebró el centenario de la elevación de la Villa a Ciudad. Por iniciativa de Monseñor Faustino Rebolledo Blanco, se coronó pontificalmente a la imagen por orden del Papa Pío XII; el encargado de coronarla fue el obispo de la diócesis de Campeche. La imagen recibió una nueva corona, más estética y bella, que lleva al frente el escudo de Ciudad del Carmen, arriba del escudo, una rosa de los vientos en forma de estrella. El niño lleva en sus sienes una versión más pequeña de la corona; los camaroneros le regalaron una aureola que lleva en su espalda. Ese mismo año la Virgen fue paseada por la bahía de la ciudad a bordo de la embarcación camaronera "Centenario del Carmen"; pero sólo por esa ocasión, ya que mucha gente lo consideró como un sacrilegio y durante 12 años no se le paseó, hasta que en 1968 fue llevada en procesión de nuevo. Curiosamente, el año siguiente, en marzo, fueron descubiertos pozos petroleros en la zona marina aledaña, por lo que se atribuyó a la Virgen la bendición del suelo marino para encontrar el petróleo. Desde ese año se le pasea ininterrumpidamente. Existe la leyenda de que cuando los huracanes o tormentas se acercan a la isla, la Virgen camina alrededor de ésta para alejar a las tempestades, quedando así su hábito mojado y lleno de arena de mar. También se venera en la Ciudad de Catemaco, en Estado de Veracruz. Donde existe una Basílica en su honor y donde según leyendas hizo su aparición en 1664 en un lugar de la ribera del Lago de Catemaco llamado Tecalli o Tegal (Casa de Piedra). Su Fiesta Solemne es el 16 de Julio y se celebra con una feria popular, la cual inicia el día 14 de Julio cuando la Virgen sale en procesión por las principales calles de la Ciudad para posteriormente realizar un recorrido en el Lago, pasando por el lugar donde se apareció en 1664 al pescador Juan Catemaxca, es acompañada por música de viento y marimba, así como peregrinos venidos de todas partes del Estado y el País. Asimismo, es venerada en Playa del Carmen, ciudad turística, en el Municipio de Solidaridad, Quintana Roo y en donde cada año se realiza en su honor una feria cuya reina es coronada en el marco de dichas celebraciones. Según la tradición, la Virgen del Carmen, se le apareció a unos pescadores que se encontraban perdidos en altamar y gracias a ella fueron rescatados. De ahí que el en ese enonces, pueblo de pescadores fuera bautizado con el nombre de Playa del Carmen. Hoy, en el destino turístico, se lleva a cabo durante la Feria de la Virgen del Carmen, el convite, la procesión “Cabeza de Cochino”, bailes independientes, con la tradicional jarana de Yucatán, el hipil de Quintana Roo, terno, etcétera. También, en Teziutlan Puebla, la Virgen del Carmen hace su recorrido de su santuario el día 06 de Julio hacia la Santa Catedral y regresa a su santuario el día 16 de julio para concluir con confirmaciones, comuniones y bautizos. se dice que que llego en barco, es por eso que en su recorrido siempre la llevan en un "barco" simulado, su guardia de honor siempre la acompaña. Días próximos de Diciembre del 2012 se cumplirán 200 años de que fue nombrada Generala de las Fuerzas Teziutecas en su lucha cotra los invasores austriacos. De igual manera se le venera en Flores Magón, original Hacienda del Carmen de Peña Blanca, localidad de Buenaventura (municipio) en el Estado de Chihuahua, con la advocación de la Virgen del Carmen de Peña Blanca. Nicaragua -La Virgen del Carmen es venerada como patrona en la ciudad y puerto de San Juan del Sur, un municipio de Nicaragua, es el único lugar en toda Nicaragua que celebra cada 16 de julio a la llamada Reina del Mar (Stella Maris) y como Protectora de Los Pescadores. Las celebraciones inician el día 15 de julio con la víspera, por la noche se realiza una vigilia en la playa de la bahía, se entonan cantos en honor a La Virgen, con bandas musicales filarmónicas o chicheros, marimbas, y órganos. El altar es adornado con accesorios alusivos al mar. El 16 de julio por la mañana se realiza la diana al son de chicheros; posteriormente, la misa solemne en honor a La Virgen del Carmen; a continuación, procesión por las principales calles de la ciudad hasta llegar a la terminal pesquera, en donde permanece hasta las 3 de la tarde, que se realiza la procesión en el mar -esto dura aproximadamente una hora y media-, diversas embarcaciones adornadas con banderines de colores acompañan a la Reina del Mar en su recorrido. Es común que los delfines se acerquen a la embarcación que lleva la imagen de La Virgen para rendirle tributo. En Panamá, la devoción a esta advocación se extiende en todo el territorio. En la ciudad de Panamá está la Iglesia del Carmen, en la vía España, que es el centro escogido por un importante número de parejas para ser "bendecidos" por la Virgen y donde se realizan numerosas bodas. En el interior del país, las más grandes celebraciones se realizan en Pocrí, (Corregimiento del Distrito de Aguadulce) pues en este pueblo se encuentra el Santuario Nacional Virgen del Carmen, donde miles de devotos asisten durante todo el año, al igual que en la histórica localidad de Natá de los Caballeros. Además se celebra en otras ciudades como Aguadulce y Llano Sánchez. Natá de los Caballeros contempla una de las más antiguas imágenes de Nuestra Señora del Monte Carmelo en las Américas. También en la Diócesis de David, en la Provincia de Chiriquí, el culto a la Virgen del Carmen está muy extendido gracias a la orden de franciscanos, que construyó la Iglesia del Carmen en la ciudad de David. En Sabana Grande de Pesé, se celebra con mucha fe el culto a la Virgen del Carmen. Los pescadores artesanales de los poblados costeros de los distritos de Chame y San Carlos en el sector oeste de la provincia de Panamá; en playa El Puerto, en el distrito de Guararé y Playa Monagre, en la provincia de Los Santos, realizan una procesión acuática hasta un punto determinado, donde se encuentran con pescadores otras comunidades, donde es venerada como la santa patrona de los pescadores y dedican el día a honrar a quien, según ellos, los protege en cada salida al mar.En La Palma de Darién la Virgen del Carmen también es muy venerada por dicho pueblo es una celebración grandisima, al pueblo llegan los barcos pesqueros que pasean a la virgen por toda la desembocadura del río Tuira. Perú Procesión de la Virgen del Carmen en Paucartambo - Perú. Al fondo en los balcones se observan los «sajras», representación de los demonios que no pueden pisar la tierra cuando la virgen sale en procesión.En el Perú, también existe gran devoción, siendo importante en Lima, donde es considerada Patrona de los Barrios Altos y de la Música Criolla. La festividad, en esta antigua zona de la ciudad colindante al Centro Histórico de Lima, data del siglo XVI; lugar festivo, lleno de tradiciones culturales, musicales y culinarias. La fiesta en honor a la Virgen se celebra en el mes de julio, siendo su día central el 16 de dicho mes; su imagen sale en procesión desde su Iglesia en Barrios Altos y congrega al pueblo limeño, quien le rinde honores a punta de jarana, comida y criollismo. Es tradicional que los cantantes de música criolla le rindan honores a la Virgen. Además, el Señor de los Milagros, una de las imágenes más veneradas en Hispanoamérica, va a visitarla en su procesión del día 18 de octubre, en su recorrido tradicional por las calles limeñas de los Barrios Altos. En el El Callao, donde es conocida como Virgen del Carmen de la Legua. Datos históricos señalan que La Virgen del Carmen de La Legua fue la primera imagen traída de España al Perú por Domingo Gómez de Silva y de Doña Catalina María Doria de Silva, quien fue salvado de un naufragio y en agradecimiento a la Patrona de los navegantes trajo esta imagen para que se le rindiera culto en el Perú. Al quedar viuda Catalina María Doria toma los hábitos y funda un convento de Carmelitas Descalzas en Lima (Barrios Altos) pero la imagen de La Virgen del Carmen traída inicialmente se quedó en el Callao. La Virgen del Carmen de La Legua fue la primera imagen del Carmelo Coronada Canónica y Pontíficamente el 07 de octubre de 1951. La Virgen sale de su Santuario el 16 de julio de cada año y visita al Callao instalándose en la Iglesia Matriz hasta el segundo Domingo del mes de octubre, fecha en que regresa a su Santuario. Conocida también por todos los Chalacos (originarios del Callao) como "La Cholita", la Virgen sale en procesión acompañada de una multitud de fieles quienes van anunciando su llegada junto con el Arcángel San Rafael, imagen traída por la congregación de San Juan de Dios quienes administraron el Santuario de La Legua desde 1610 por casi 100 años, (Ref: historias chalacas Martin Tokumori Neyra 2004) Dos festividades en honor a la Virgen del Carmen fueron proclamadas "Patrimonio cultural de la Nación", estas son las de los pueblos de Paucartambo, en el Cusco, y Chavín, en Ancash. En el caso de Paucartambo, la imagen de la virgen fue coronada por el Papa Juan Pablo II, en Sacsayhuamán, durante su primera visita al Perú en 1985. También las festividades de la Virgen bajo esta advocación ocurren en varias otras zonas del país, como en Chincha, donde reside gran cantidad de población afroperuana; en Huancavelica, en el Distrito de Lircay; en Ancash, Distrito de Llipa; en Huancabamba, capital de la provincia del mismo nombre y en Llata (Huánuco) con su santuario en la Capilla de la Virgen del Carmen, Patrona de la ciudad de Llata. En la ciudad andina de Abancay, es la única que cuenta con su propia iglesia. En Pasco, la Virgen del Carmen es venerada en el pueblo de Michivilca, distirto de Tapuc provincia Daniel Carrión y en Colquijirca distrito de La Fundición de Tinyahuarco Provincia y Región Pasco; a esto se suma dos grandes instituciones que lleva su nombre el Colegio Nacional Industrial No 31 Nuestra Señora del Carmen y la EPM No 34045 Virgen del Carmen, ambos en la provincia de Pasco. En Celendín, Cajamarca, los shillikos celebran una fiesta de la pitri mitri, con corrida de toros y harta pompa [2] . Puerto Rico[editar]En Puerto Rico una de las devociones más populares es la de la Virgen del Carmen. El centro de peregrinación más importante está ubicado en la zona este de la Isla y se llama el Santuario Diocesano Virgen del Carmen, ubicado en el municipio de San Lorenzo, en el sector más conocido como la Montaña Santa. Bajo el patrocinio de Nuestra Señora del Carmen, fue erigido como santuario el 29 de septiembre de 1985 por Monseñor Enrique Hernández Rivera, Obispo de Caguas. Sin embargo, el lugar ya era visitado por miles de personas durante casi 100 años y era considerado un santuario mariano por la gente religiosa de los lugares cercanos que continuamente peregrinaban a la Montaña Santa. En Venezuela una de las devociones más populares es la de la Virgen del Carmen. El centro de peregrinación más importante está ubicado metros mas arriba de la Plaza Bolívar en el Municipio Boconó del Estado Trujillo y es llamado Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (Boconó) en la cual se organiza una larga Romería por las distintas calles de la parroquia vísperas el 15 de Julio a las afueras de la iglesia en la que se destacan bailes serenata y presentación de conjuntos musicales y el día central es el 16 de Julio en el que se celebra la solemnidad de esta advocación Mariana la misa siempre es celebrada por el Obispo de la Diócesis y concelebrada por sacerdotes invitados dicha parroquia eclesiástica lleva su nombre. De igual forma se celebra en el municipio Colina, en la isla de Margarita, en el municipio Sucre del Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (Boconó)Estado Miranda]] (donde se encuentra la Capilla Nuestra Señora del Carmen, actual centro de evangelización del Barrio El Campito), en el sector El Calvario - en el Municipio El Hatillo, en el Barrio de Candelero en Ocumare del Tuy (Estado Miranda). Asimismo, es venerada en el estado Zulia, específicamente en la Guajira venezolana, donde ya desde los tiempos de la Colonia, los misioneros destinados a la evangelización de los pueblos indígenas Añú y Wayuu inculcaron la devoción a su patrona y protectora. También es venerada en el Municipio Píritu (estado Falcón) y es la patrona del pueblo de Araira en el Estado Miranda en el estado Zulia se celebra en el municipio Mara específicamente en la población de Carrasquero, con una devoción de más de 70 años y en San Rafael del Mojan con 22 años de devoción. Otra celebración en honor a la Virgen del Carmen se lleva a cabo en Guasdualito, una ciudad del estado Apure, del cual es la patrona desde el 16 de julio de 1835. Cada año, durante la semana previa al 16 de julio, la imagen de Nuestra Señora viaja de casa en casa, en una oración conjunta en la que participa la comunidad con fe. El día 16, un pequeño grupo de 50-60 personas se dirigen al río, y en canoas transportan la imagen por el río Salare hacia la casa de otro parroquiano. Una vez que la imagen regresa a la costa, la procesión y la gente en las calles acompanandola termina en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, donde la fiesta continua hasta el anochecer. Cabe destacar, que también se celebra desde hace muchos años en el caserío de Cangrejal, ubicado en el Estado Sucre. El poeta Ramón Gamboa Marcano (Nacido en Carúpano, estado Sucre e hijo adoptivo de Caripe, estado Monagas, ambos estados en el oriente del pais) en su obra RUEGO, solicita a Nuestra Senora del Carmen su intercesión para que comience la estación de lluvias que servira de riego a las tierras y las hará fértiles. ++++++++++++++++++++ +++++++++ ++++++++++ Una cántico religioso en honor a la Virgen María en la iglesia ortodoxa rusa +++++++++

martes, 9 de julio de 2013

LA COMUNION DE LOS SANTOS ........... POR RITA AMODEI

with Luciano Pavarotti (1978) at Notre Dame Cathedral in Montréal, joined by a boys choir, Les Petits Chanteurs du Mont-Royal, and an adult choir, Les Disciples de Massenet conductor: Franz-Paul Decker. +++++++++++ +++++++++++++ Dame Kiri Te Kanawa sings Fauré's "Pie Jesu" from the Requiem. Montreal Symphony Orchestra, 1988. Conducted by Charles Dutoit. Pie Jesu Domine, Dona eis requiem. Sempiternam requiem. Sweet Lord Jesus, Grant them rest. Grant them everlasting rest. +++++++ ++++++++++++ Luciano Pavarotti (1978) at Notre Dame Cathedral in Montréal, joined by a boys choir, Les Petits Chanteurs du Mont-Royal, and an adult choir, Les Disciples de Massenet conductor: Franz-Paul Decker +++++++++++++++++++++

SANTA TERESA DE LISIEUX .. EL CAMINO DE LA INFANCIA ESPIRITUAL ...... POR RITA AMODEI

EL CAMINO DE LA INFANCIA ESPIRITUAL SEGÚN SANTA TERESITA I La infancia espiritual La lección del divino Maestro Entre las dulces y luminosas enseñanzas del santo Evangelio, no hay ninguna tan suave y eficaz como la que nos manda que nos convirtamos y hagamos como niños. No sólo se trata de un consejo de perfección, sino de un medio de salvación, enseñado por el mismo Jesucristo, en el santo Evangelio, y repetido por Él en diferentes ocasiones. "En aquella hora se acercaron los discípulos a Jesús, y le hicieron esta pregunta: "¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?" Y Jesús, llamando a un niño, lo colocó en medio de ellos. Y dijo: "En verdad os digo que, si no os volvéis y hacéis semejantes a los niños, no entraréis en el reino de los cielos. Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, éste será el mayor en el reino de los cielos. Y el que acogiere un niño tal, en nombre mío, a mi me acoge." (San Mateo, capítulo XVIII, v. 1-5.) "En verdad os digo, que quien no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él." (san Lucas, cap.XVIII, v. 17.) "Dejad en paz a los niños, y no les estorbéis de venir a mí; porque de los que son como ellos es el reino de los cielos." (San Mateo, cap. XIX, v. 14.) Sobre estas enseñanzas del buen Jesús, hace los siguientes comentarios el Papa Benedicto XV, de feliz memoria 1: "Conviene parar mientes en la fuerza de este lenguaje divino, pues no le basta al Hijo de Dios afirmar, con acento positivo, que el reino de los cielos es de los niños: de los tales es el reino de los cielos, o que aquel que se hiciere como un niño, será el mayor en el reino de los cielos; sino que enseña de una manera explícita la exclusión de su reino de aquellos que no se hacen semejantes a los niños. Cuando un maestro expone una lección en formas tan variadas, ¿no quiere acaso significar que tiene, en ello, puesto el corazón? Si se esfuerza tanto, en inculcarla a sus discípulos, ello es debido a que desea, mediante una u otra expresión, dárnosla a entender más seguramente. Debemos, pues, deducir que el divino Maestro intenta expresamente que sus discípulos vean, en la infancia espiritual, la condición necesaria para obtener la vida eterna." "Ante la insistencia y la firmeza de estas enseñanzas, parecería imposible encontrar un alma que descuidase todavía andar por el camino de la confianza y del abandono; tanto más, repetimos, cuanto que la divina palabra, no sólo por la generalidad de la forma, sino por una indicación especial, declara que esta norma de conducta es obligatoria, aun para aquellos que han perdido ya la ingenuidad infantil. Creen algunos que el camino de la confianza y del abandono está reservado únicamente para las almas candorosas, que todavía no han sido privadas de las gracias de la edad juvenil por la malicia. No conciben posible la infancia espiritual en aquellos que han perdido la primera simplicidad. Pero, ¿por ventura las palabras del divino Maestro: Si no os volvéis y hacéis semejantes a los niños, no indican la necesidad de un cambio, de un trabajo? Si no os volvéis, he aquí señalado el cambio que han de realizar los discípulos de Jesucristo, para convertirse en niños. Y ¿quién ha de convertirse en niño, sino aquel que ya no lo es? Si no os hacéis semejantes a los niños, he aquí ahora señalado el trabajo: porque se comprende que un hombre haya de trabajar para ser o parecer lo que jamás ha sido o lo que ya no es; pero, como sea que el hombre no puede no haber sido niño, las palabras: Si no os hacéis como niños, importan la obligación de trabajar en la reconquista de los dones de la infancia. Seria ridículo pensar en volver a adquirir el aspecto y la debilidad de la edad infantil; pero no es contrario a la razón descubrir en el texto evangélico el precepto igualmente dirigido a los hombres de edad madura, de volver a la práctica de las virtudes de la infancia espiritual." Difícilmente encontraremos una explicación más clara y más autorizada que ésta, sobre la infancia evangélica, propuesta por Jesucristo a todos sus seguidores. El secreto de la santidad para todos El papa Benedicto XV nos dice, en su hermoso discurso sobre la Santa de Lisieux que "llegó al heroísmo de la perfección por la práctica de las virtudes, que derivan de la infancia espiritual". Añade también que "todos vemos como los fieles de todas las naciones, edad, sexo y condición, han de entrar generosamente por este camino, por el cual Santa Teresa del Niño Jesús llegó al heroísmo de la virtud". "Toda la vida de la Santa está caracterizada por los méritos de la infancia espiritual. AQUÍ ESTÁ EL SECRETO DE LA SANTIDAD... para todos los fieles de todo el mundo." "Deseamos, pues, que el secreto de la santidad de Sor Teresa del Niño Jesús, no quede oculto a ninguno de nuestros hijos." "Tenemos motivos para esperar que el ejemplo de la nueva heroína francesa hará que crezca el numero de los cristianos perfectos, no solamente en su nación, sino entre todos los hijos de la Iglesia Católica." Con estas palabras tan alentadoras, el papa Benedicto XV propone este camino evangélico de perfección bajo la guía de aquella santa, que no cursó grandes estudios y, "no obstante, poseyó tanta ciencia por si misma, que supo indicar a los demás el verdadero camino de la salvación. Y, ¿de dónde proviene esta copiosa cosecha de méritos? ¿Dónde ha cogido frutos tan maduros? En el jardín de la infancia espiritual. ¿De dónde recibe este tan amplio tesoro de doctrina? De los secretos que Dios revela a los niños." Son palabras textuales de este Papa. La voz de la Iglesia Bien podemos decir que es la voz de nuestra Santa Madre Iglesia la que nos propone solemnemente la infancia evangélica, tal como la entendió, propuso y practicó Santa Teresita. El papa Pío XI, que tuvo el gozo singularísimo de beatificar y canonizar en pocos años a Santa Teresita, mostró un deseo vivísimo de que, siguiendo las enseñanzas de esta santa, emprendiésemos el camino de la infancia espiritual. Dice así en la homilía del día de la canonización: "Damos igualmente gracias a Dios, porque a Nos, que tenemos el lugar de su Hijo Unigénito, ha permitido que hoy, desde esta cátedra, repitiésemos e inculcásemos a todos, en el transcurso de esta ceremonia, las enseñanzas saludables del divino Maestro." "Como le preguntasen sus discípulos quien sería el mayor en el reino de los cielos 2, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo estas memorables palabras: En verdad os digo que si no os cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos 3. La nueva Santa Teresa se penetró de esta doctrina y la trasladó a la práctica cotidiana de su vida. Más aun, ella, con sus palabras y con sus ejemplos, enseñó a las novicias de su monasterio este camino de la infancia espiritual, y lo reveló a todo el mundo, con sus escritos, que se han extendido por todo el mundo y que, seguramente, nadie ha leído sin quedar encantado de ellos, y sin leerlos y releerlos con gran gozo y provecho." "Esta cándida niña, flor abierta en el jardín cerrado del Carmelo, no contenta con añadir a su nombre el del niño Jesús, copió en si misma su imagen viviente; y así podemos afirmar que quienquiera que venere a Teresa, venera, al mismo tiempo, al divino Modelo, que ella reproduce." "Por esto hoy, Nos concebimos la esperanza de ver nacer, en las almas de los fieles de Cristo, como una santa avidez de adquirir esta infancia evangélica, la cual consiste en sentir y obrar, bajo el imperio de la virtud, tal como siente y obra un niño llevado de su natural." "De la misma manera que los niños pequeños, a los cuales ninguna sombra de pecado ciega, ni ninguna concupiscencia de pasiones mueve, gozan de la tranquila posesión de su inocencia, e, ignorando toda malicia y disimulo, hablan y obran según piensan, y se revelan en su exterior tal como son en realidad, de la misma manera, Teresa aparece más angélica que humana y dotada de una sencillez de niña, en la práctica de la verdad y de la justicia. La virgen de Lisieux tenia siempre presentes, en la memoria, estas invitaciones y estas promesas del divino Esposo: Si alguno es pequeño, que venga a Mí 4i. Seréis llevados sobre mi pecho y acariciados sobre mis rodillas. Como una madre acaricia a sus hijos, así yo os consolaré" 5. "Desde el fondo de su claustro ­dijo, en otra ocasión, este Papa 6­ encanta al mundo con la magia de su ejemplo, ejemplo de santidad, que todos pueden y deben seguir. Porque todos han de entrar por este camino ­camino de una simplicidad de corazón, que no tiene de infantil más que el nombre­, por este camino de infancia espiritual, lleno de pureza, de transparencia de espíritu y de corazón, de amor irresistible, de la bondad, de la verdad y de la sinceridad." "Y esta virtud de la infancia espiritual, que reside en la voluntad del alma tiene, como más bello fruto, el amor." En estas palabras de Pío XI, conviene notar la manera como pondera la importancia de su declaración, así por razón del cargo que ostenta, esto es, de Vicario de Jesucristo, como por la solemnidad en la que lo predica, o sea, en el acto de la canonización. Además, confió en que verá propagarse el deseo vivísimo de adquirir esta infancia evangélica, en las almas de los fieles cristianos. Y, finalmente, da la definición exacta de la infancia espiritual, cuando dice que consiste en hacer por virtud sobrenatural lo mismo que hace el niño por natural sentimiento. En verdad, es la voz de la misma Iglesia, Esposa de Jesucristo, que nos propone el camino espiritual enseñado por Santa Teresita, para seguir fielmente la doctrina evangélica del mismo Jesús. La infancia espiritual de Santa Teresita Oigamos cómo nos refiere la Santa la manera cómo ella encontró este camino o ascensor que nos enseña, para que podamos subir hasta Jesús, aunque seamos pequeños y débiles en la virtud. "Mi constante deseo -dice ella 7­ ha sido siempre llegar a santa, mas ¡ay! cuantas veces me he comparado con los santos, he constatado siempre que entre ellos y yo existe la misma diferencia que observamos en la naturaleza entre una montaña cuya cumbre se pierde en las nubes y el obscuro grano de arena, pisado por los viandantes." "En vez de desalentarme, me he dicho: Dios no inspira deseos irrealizables; puedo, pues, a pesar de mi pequeñez, aspirar a la santidad. ¡ Engrandecerme, es imposible! He de soportarme tal como soy, con mis innumerables imperfecciones; pero quiero buscar la manera de ir al cielo, por un caminito muy recto, muy corto, por un caminito enteramente nuevo. Estamos en un siglo de inventos; hoy día, no es menester ya fatigarse en subir los peldaños de una escalera; en las casas ricas hay un ascensor que lo sustituye con ventaja. Quiero también encontrar un ascensor para re montarme hasta Jesús, puesto que soy demasiado pequeña para subir por la ruda escalera de la perfección." "He pedido. entonces, a los Libros Santos que me indiquen el ascensor deseado, y he encontrado estas palabras pronunciadas por boca de la misma Sabiduría eterna: Si alguno es pequeñito que venga a mi 8. Me he acercado, pues, a Dios, adivinando que había encontrado lo que buscaba, y, al querer saber lo que hará Dios con el pequeñito, he proseguido buscando, y he aquí lo que he encontrado: Como una madre acaricia a su hijito, así os consolaré yo: a mi pecho seréis llevados, y os acariciaré sobre mis rodillas" 9. "¡Ah!, nunca habían venido a alegrar mi alma unas palabras tan tiernas y tan melodiosas. El ascensor, que me ha de subir al cielo, son vuestros brazos, ¡oh, Jesús! Para esto, no tengo ninguna necesidad de crecer, antes, al contrario, conviene que continúe siendo pequeña y, cada día, lo sea más. ¡Oh Dios mío!, habéis ido más lejos de lo que yo esperaba, y quiero cantar vuestras misericordias: Vos me habéis instruido desde mi juventud, y hasta ahora he publicado vuestras maravillas: yo continuaré publicándolas hasta mi extrema vejez" 10. Esta relación, tan ingenua como sugestiva, se completa con una definición que ella misma nos da de la infancia espiritual, según consta en Novissima Verba, 6 de agosto. Preguntada sobre lo que ella quería significar, en la frase, permanecer niño pequeño delante de Dios, respondió la Santa: "Es reconocer su nada, esperarlo todo del buen Dios, como un niño pequeño lo espera todo de su padre, es no inquietarse de nada, no buscar fortuna. Hasta entre los pobres se da al niño lo que le es necesario pero en cuanto se hace mayor, su padre ya no quiere mantenerle más y le dice: "Trabaja ahora, tú te puedes ya bastar a ti mismo." Para no oír jamás tales palabras, por eso no he querido ser nunca mayor, sintiéndome incapaz de ganarme la vida, la vida eterna del Cielo. Me he quedado siempre pequeña, no teniendo otra ocupación que la de coser flores, las flores del amor y del sacrificio y ofrecerlas al buen Dios para complacerle. "Ser pequeño, es también no atribuirse a si mismo las virtudes que uno practica, creyéndose capaz de alguna cosa, antes bien reconocer que el buen Dios pone este tesoro de la virtud en la mano de su pequeño hijo para que se sirva de él cuando lo necesite; pero siempre es el tesoro del buen Dios. En fin, es no desanimarse poco ni mucho por sus faltas, porque los niños caen a menudo, pero son demasiado pequeños para hacerse mucho daño"' 11. Y que ella, por infancia espiritual, entendía la misma perfección y santidad, lo demuestra la respuesta que dio, en cierta ocasión, en que se hablaba, en su presencia, de los diferentes ejercicios de virtud, para conocer su sentir acerca de cuál era el más eficaz para llegar a la perfección. "Oh, no ­dijo-, la santidad no consiste en tal o cual práctica; consiste en una disposición del corazón, que nos hace humilde y pequeño, en manos de Dios, consciente de nuestra debilidad y confiado, hasta la audacia, en su bondad de Padre" 12. Es, pues, evidente, que la infancia espiritual, en el concepto de Santa Teresita, significa que hemos de tener en nuestro corazón un vivo sentimiento y un claro conocimiento de nuestra debilidad, lo cual ha de hacernos humildes y pequeños en manos de Dios. Pero, además, hemos de conocer y sentir igualmente, en nuestro corazón, la inmensa bondad paternal de Dios; hemos de confiar en Él hasta la audacia. Por esto, decía el Papa Benedicto XV que la infancia espiritual está formada de confianza en Dios y de abandono absoluto en sus manos. "La infancia espiritual -dice este Papa­ excluye de hecho el sentimiento soberbio de sí mismo, la presunción de conseguir, por medios humanos, un fin sobrenatural y la engañosa pretensión de bastarse a si mismo, en la hora del peligro y de la tentación. Por otra parte, supone una fe viva en la existencia de Dios, un práctico homenaje a su poder y a su misericordia, un confiado recurso en la providencia de Aquel que nos da la gracia, para evitar todos los males y obtener todos los bienes. Así, las cualidades de esta infancia espiritual son admirables, lo mismo si se miran en su aspecto negativo que si se estudian en su aspecto positivo y, entonces se comprende que Nuestro Señor Jesucristo la haya indicado como condición necesaria, para obtener la vida eterna" 13. La infancia espiritual, como dice Monseñor Gay, es el comienzo y la consumación de la santidad. El comienzo, porque el buen Jesús dice que, si no nos hacemos como niños, no entraremos en el reino de los cielos, y la consumación, porque Él mismo nos dice que el que se humillare como un pequeñuelo, éste será el mayor en el reino de los cielos. II El gran obstáculo para las almas piadosas El desaliento El obstáculo mayor y el más ordinario que suele oponer el demonio a las almas que andan por el camino de la virtud y de la santidad, es el desaliento ocasionado por sus recaídas en las faltas. El alma que ha logrado salvar este obstáculo, ha andado la mitad del camino y disfruta de la paz del corazón y de la tranquilidad de espíritu, que tanto ayuda y consuela en las luchas que se han de sostener continuamente, en el camino de la perfección. Por esto, son tan consoladoras las enseñanzas de los santos sobre este punto; y, tratándose de andar por el camino de la infancia espiritual, no hay para qué decir que nuestra Santa Teresita nos dio normas muy claras y alentadoras, para todas las almas que quieran seguirla por este camino. En el libro que escribió su hermana (aquella misma hermana, que, según confesión de Santa Teresita, era la única que conocía todos los repliegues de su alma), y al que puso por titulo: En la escuela de Santa Teresa del Niño Jesús, o sea su verdadero espíritu comentado por ella misma y apoyado en los escritos de los doctores y teólogos de la iglesia, hay también un fragmento dedicado a esta materia tan interesante, que resumiremos aquí, para aprender cómo nos hemos de portar con respecto a nuestras faltas, cómo nos hemos de aprovechar de ellas y aun como las hemos de aceptar con humildad y dulcemente, sin desalentarnos ni impacientarnos en lo más mínimo. Siempre tendremos faltas y defectos Hemos de estar prácticamente convencidos de que, en este mundo, nunca llegaremos a servir a Dios, sin faltas ni imperfecciones. Así lo han reconocido todos los santos, y la misma Iglesia Católica. al canonizarlos, no nos dice que estuvieron exentos de faltas y defectos, sino que poseyeron las virtudes en grado heroico, confirmadas con milagros. Si vivimos convencidos de que hemos de continuar caminando, a pesar de nuestras faltas y defectos, nos habremos librado del peligro del desaliento, que tanto daña a las almas piadosas. Santa Teresita, con una de aquellas graciosas comparaciones, tan típicas en ella, lo enseñaba a una de sus novicias, que se desalentaba, al ver sus imperfecciones. Le decía así: "Me hacéis pensar en un pequeñuelo, que comienza a sostenerse en pie, pero que todavía no sabe andar. Queriendo llegar de todas maneras hasta lo alto de una escalera, para reunirse con su madre, levanta su piececito para subir el primer escalón. Trabajo inútil; siempre cae, sin poder avanzar. Pues bien: procurad ser este pequeñuelo. Por la práctica de las virtudes levantad siempre vuestro piececito para subir por la escalera de la santidad, y no os imaginéis que podréis subir ni siquiera el primer peldaño, no; Dios Nuestro Señor únicamente os pide buena voluntad. De lo alto de esta escalera, os mira con amor; un día, vencido por vuestros esfuerzos inútiles, bajará él mismo y, tomándoos en sus brazos, os llevará para siempre a su reino, donde ya no le dejaréis nunca más" 14. San Ligorio, en su libro de la Práctica del amor a Jesucristo, dice: "Conviene advertir que hay dos clases de tibieza: una inevitable y otra evitable. La inevitable es aquella de la cual ni los mismos santos se han visto libres; y ésta abarca todos los defectos, en que caemos, sin plena voluntad, sino solamente por humana fragilidad. Tales son las distracciones en la oración, las inquietudes interiores, las palabras ociosas, la vana curiosidad, el deseo de figurar, el gusto en el comer y en el beber, los movimientos de la concupiscencia, no reprimidos en seguida, y otros parecidos. Hemos de evitar estos defectos, en la medida de lo posible; mas, por causa de la debilidad de nuestra naturaleza infestada por el pecado, es imposible evitarlos todos. Pero hemos de aborrecerlos, después de haberlos cometido, porque son desagradables a Dios; mas, según ya hemos advertido en el capitulo precedente, hemos de procurar no inquietarnos por ellos. San Francisco de Sales escribe estas palabras: Todos los pensamientos que nos causan inquietud no son de Dios, que es el príncipe de la paz, sino que siempre provienen del demonio o del amor propio o de la estima de nosotros mismos 15. Hemos de estar persuadidos de que siempre tendremos faltas; de que éstas no estorban nuestra perfección y santidad; de que no impiden el amor y la misericordia de Dios para con nosotros; de que Dios nos pide y exige que vigilemos y luchemos: de que el salir victoriosos o vencidos no son condiciones impuestas ni dependen solamente de nosotros o de sólo nuestra voluntad. Esta doctrina está admirablemente condensada en aquellas reglas de la Suma Espiritual del padre Gaspar de la Figuera, S. J., en sus remedios contra las faltas, la primera de las cuales dice: "Persuadirse de que las ha de haber, y que ha de andar con ellas, cayendo y levantando; que si un niño no quisiera andar, por temor de que caerá a cada paso, nunca vendrá a andar. Va mucho en saber esto, y persuadirse de que ha de quebrar propósitos y ser vencido de pasiones, porque no se admire cuando cae, y alabe a Nuestro Señor que le tiene de su mano." Así se entiende por qué nuestra Santa Teresita se consuela pensando que no son propiamente ofensas a Dios estas faltas de fragilidad. "Tendré derecho ­dice­, sin ofender a Dios, a hacer pequeñas tonterías hasta mi muerte, si soy humilde y permanezco pequeña. Ved a los pequeñuelos; no cesan de romper, de rasgar, de caer, a pesar de que aman mucho a sus padres siendo muy amados de ellos"' 16. "Ser pequeño es reconocer la propia nada, no desalentarse por las faltas, pues, aunque los niños se caen con frecuencia, son demasiado pequeños, para hacerse mucho daño" 17. y, en este mismo sentido, decía: "Los pequeñuelos no se condenan." Cuando le dijeron que hay pequeñas faltas que no ofenden a Dios, se llenó de gozo y esto le ayudó a soportar el destierro de la vida. Y recordaba aquellos textos de los Salmos: "El Señor ve nuestra fragilidad y se acuerda de que no somos sino polvo 18. Al fin "se levantará para salvar a los suaves y humildes de la tierra" 19, sobre lo cual hacia notar la santa: "No dice juzgar, sino salvar" 20. Provecho de nuestras caídas Todavía es cosa más consoladora pensar que estas pequeñas miserias no sólo no nos impiden ir al cielo, sino que aún debemos sacar de ellas un provecho positivo para la santidad y unión con Dios. Santa Teresita, a propósito de las imperfecciones, dice: DEBILIDAD/ACEPTAR: "No me admiro de nada; no me aflijo, al ver que soy la misma debilidad; al contrario, es en ella que me glorifico, y espero descubrir cada día en mí, nuevas imperfecciones. Confieso que estas luces sobre mi nada me hacen un bien mayor que otras luces sobre la fe" 21. Realmente, lo que más falta nos hace es saber sacar provecho de nuestras propias miserias y caídas. Humillarnos y confesar nuestra nada y miseria; pedir perdón a Dios, y comenzar de nuevo sin desmayos: he aquí el trabajo de toda nuestra vida. La duda está en que, muchas veces, nuestras faltas no son tan inadvertidas o involuntarias como las de los santos; nosotros nos sentimos más culpables a causa de un mayor consentimiento. A pesar de esto, Santa Teresita todavía nos consuela y nos dice que estas caídas reales y estos descuidos más o menos consentidos no son obstáculo para la vida del amor. Todo está en saberlos utilizar. Parece esto extraño, pero es San Juan de la Cruz quien nos enseña que "el amor sabe sacar provecho de todo, del bien y del mal que encuentra en nosotros" 22. Después de San Juan de la Cruz, escribe un piadoso teólogo: "Es cosa cierta que, en los planes de Dios, las faltas en que permite que caigamos han de servirnos para nuestra santificación y que de nosotros sólo depende el saber sacar esta ventaja. No obstante, sucede lo contrario y nuestras faltas, más que por sí mismas, nos perjudican por el mal uso que de ellas hacemos...No son los más santos los que menos faltas cometen, sino los que tienen más alientos, más generosidad, más amor, los que más esfuerzos hacen sobre sí mismos, los que no temen tropezar ni aun caer, con tal que puedan avanzar. Dice San Pablo que todo se vuelve en bien para aquellos que aman a Dios. Sí, todo redunda en bien, aun sus mismas faltas y aun, algunas veces, las faltas más graves... No os desalentéis por cualquier falta que cometáis, antes decíos a vosotros mismos: Aunque cayese veinte veces, cien veces cada día, me levantaría cada vez y seguiría mi camino. Al fin ¿qué importa haber caído en el camino, mientras se llegue al término? Dios no nos lo echará en cara" 23. Y santa Teresita, hablando de si misma: "Cuando me ocurre que caigo en alguna falta, me levanto en seguida" 24. "Una mirada a Jesús y el conocimiento de la propia miseria lo reparan todo" 25. "Cuando se acepta con dulzura la humillación de haber sido imperfecta, la gracia de Dios vuelve en seguida" 26. Sor Benigna Consolata, en aquellas ilustraciones con que Nuestro Señor la favorecía, pone una comparación por demás clara y sugestiva. "Todo contribuye a labrar el alma ­le decía el Señor­; las mismas imperfecciones puestas en mis divinas manos son otras tantas piedras preciosas, porque yo las cambio en actos de humildad, a los que muevo al alma. Cuando el alma se entrega a los designios de mi amor, en un momento, sus imperfecciones son transformadas. Si los que levantan edificios pudiesen cambiar los desechos y lo que estorba en nuevos materiales de construcción ¡por cuán felices no se tendrían! Pues bien: el alma fiel puede hacerlo así, con mi gracia, y, entonces, las faltas, aún las más graves y las más vergonzosas, se convierten en las piedras angulares del edificio de su perfección" 27. Nadie es capaz de decir lo que vale delante de Dios un acto de arrepentimiento amoroso. Decía la ya mencionada sor Benigna Consolata: "Un solo acto de amor repara por mil blasfemias..." ¡Cómo, pues, no ha de reparar el mal causado por faltas incomparablemente mas leves! Un gran teólogo de la piedad nos da de ello una razón. muy convincente, por cierto, al hablar de la confianza filial que siempre hemos de tener en Dios: "¿Faltas? ­dice-, bien se cometen de cuando en cuando; pero ni son graves ni plenamente admitidas, y el arrepentimiento las sigue tan de cerca, que no tienen tiempo de cambiar el corazón de Dios ni el vuestro" 28. Consolémonos, con tan hermosa doctrina, y aprendamos de Santa Teresita la manera de recobrar todo lo perdido por las faltas y aun de salir con ganancia, imitando sus ejemplos y siguiendo sus enseñanzas: Es verdad ­dice­ que no siempre soy fiel; pero nunca me desaliento; me pongo en brazos de Jesús. Como una pequeña gota de rocío, me hundo en el cáliz de la divina "Flor de los campos" y allí recupero todo lo perdido y aún mucho más 29. Lo mismo enseña santa Gertrudis, en sus revelaciones. Dice que, un día, se le apareció el Señor y le puso esta comparación: "El que se da cuenta de que tiene una mancha en las manos, en seguida se las lava. Al instante, no sólo desaparece la mancha, sino que todas las manos quedan más limpias. Esto es lo que les ocurre a mis elegidos: Permito que caigan, a veces en faltas ligeras, para que su arrepentimiento y su humildad las hagan más agradables a mis ojos. Pero no faltan quienes contrarían este designio de mi amor, no apreciando la belleza interior que se adquiere por la penitencia y les hace agradables a mis ojos, y buscando, en cambio, una rectitud únicamente exterior, basada únicamente en los juicios de los hombres" 30. Esta misma Santa rogaba un día al Señor por una persona acometida por la tentación y recibió la siguiente respuesta: "Yo permito esta tentación, para darle a conocer y para que deplore su defecto; ella se esforzará en vencerlo, y será humillada, al no poderlo lograr del todo, y esta humillación borrará, casi enteramente, a mis ojos otros defectos que ella todavía no ha advertido. El hombre que ve una mancha en su mano, no lava solamente la mancha, sino las dos manos. Así las purifica de todas las manchas, que tal vez no hubieran desaparecido si aquella mancha más visible no hubiese dado ocasión" 31. Haciéndolo así, no sólo encontraremos la paz y el gozo del espíritu, sino que, además, creceremos en gracia y en mérito delante de Nuestro Señor, pues valdrá mucho más lo que ganaremos con un acto de amoroso arrepentimiento que lo que nos hayan hecho perder nuestras faltas. III El gran remedio: la sencillez de los pequeñuelos Hemos de aceptar la humillación de nuestras faltas Este es el punto más difícil de entender y de practicar: estar contentos de nuestra miseria; estar contentos de la humillación que las faltas reportan, sin querer éstas y aun detestándolas. Nuestra Santa Teresita nos lo enseñará, en su camino de la Infancia Espiritual. "También tengo debilidades ­nos dice­ pero nunca me maravillo. Tampoco me sobrepongo a las pequeñeces de la tierra. Por ejemplo: a veces estoy tentada de apurarme por alguna tontería que habré dicho o hecho. ¡Ah, he aquí que todavía estoy en el primer punto como antes! me digo a mí misma. Pero lo digo con gran dulzura y sin tristeza. ¡Es tan dulce sentirse débil y pequeño! 32. Da una regla que han de tener muy en cuenta, en esta materia, y que han de recordar cada día las almas pequeñas que quieren andar por el camino de Santa Teresita: Lo importante para mantener el fervor, es guardar el corazón para Jesús, y esto se hace, a pesar de las caídas y de nuestra fragilidad, por la pureza de intención, renovada cada día 33. PAZ-INTERIOR/HUMILDAD: Corrobora esta hermosa doctrina de la infancia espiritual, sobre la conducta que hemos de observar en nuestras faltas y caídas, un texto del Beato Eymard, transcrito en el libro de la hermana de la santa. "...La perfección y sus progresos se encuentran en la humildad, que nos hace soportar el estado humillante que es efecto de nuestra naturaleza, de nuestras imperfecciones, y, además, nos hace obrar y vivir en este estado. Un ejemplo os dará a entender mi pensamiento: Ved al niño: está lleno de defectos, es ignorante, no sabe nada, todo lo rompe, cae a cada momento en las mismas faltas, y, no obstante, este niño es muy cándido, vive en paz, se divierte y duerme tranquilo. ¿Sabéis por qué? Tiene la simplicidad interior, se conoce tal cual es, acepta en paz la humillación de su estado, confiesa su ignorancia, su inexperiencia, sus defectos; a todo responde: "es verdad", y, cuando ha hecho esta confesión, en lugar de avergonzarse. de llorar, o de enfadarse por ello, se va a jugar. habla de otras cosas como de ordinario. He aquí el secreto de la paz interior: la simplicidad de la infancia... ¡Ah! creedme. poned vuestra paz interior en esta sencillez de niño, y será inalterable. Si queréis ponerla en vuestra enmienda, en vuestros progresos en la perfección, no la tendréis nunca. He aquí una razón profunda: es que, cuanto más nos acercamos a Dios, mas descubrimos nuestra miseria y nuestra nada y he aquí por qué cuanto más santa es el alma, es también más humilde. Oíd a la Santísima Virgen, cuando manifiesta su gratitud por haber sido elevada a la dignidad divina de Madre de Dios. Mi alma ­dice­ glorifica al Señor, porque ha mirado la bajeza de su sierva. He aquí la simplicidad perfecta, que da a Dios todo lo que le pertenece y no guarda para si otra cosa que la bajeza"' 34. Difícilmente se puede encontrar una explicación más clara y dulce, al mismo tiempo, de como hemos de aceptar humilde y dulcemente nuestras caídas, faltas y defectos, sin desalentarnos, ni amilanarnos, antes al contrario, sabiendo gloriarnos por la humillación que nos causan. No hay que desalentarse nunca DESALIENTO/FALTAS FALTAS/TRISTEZA: Lo dicho no significa que no sintamos la pena y la tristeza que nos causan las caídas. La misma santa Teresita nos lo enseña con su experiencia tan consoladora, cuando nos dice: "Por mi parte. procuro no desalentarme nunca. Cuando he cometido una falta que me hace estar triste, se muy bien que es la consecuencia de mi infidelidad. ¿Pero creéis que me detengo aquí? ¡Oh! ¡No! Corro a decir a Dios: Dios mío, sé que he merecido este sentimiento de tristeza, pero dejadme que os lo ofrezca, como si fuese una prueba que Vos me enviaseis por amor. Me sabe mal lo que he hecho, pero estoy contenta de tener esta pena para ofrecérosla"' 35. "Si Vos os hacéis sordo a los plañideros gemidos de vuestra miserable criatura, si permanecéis encubierto, acepto, a pesar de esto, estar transida de frío y me regocijo en este sufrimiento, no obstante haberlo merecido" 36. "Puesto que, durante mucho tiempo, también yo, al ver caer mis flores al suelo, me decía muy extrañada y triste: ¡ Así, pues, nunca serán más que deseos! Y repetía a Dios: Vos sabéis que a pesar de mis inmensas aspiraciones de amor, no soy una águila capaz de volar siempre por las alturas; al contrario, pobre pajarilla que soy, con harta frecuencia, me distraigo de mi única ocupación, me alejo de Vos, mojo mis pequeñas alas, apenas formadas, en los lodazales que encuentro en la tierra! Entonces gimo como la golondrina, y mi gemido os lo da a entender todo, y Vos os acordáis, ¡oh misericordia infinita!, de que no habéis venido a llamar a los justos sino a los pecadoras'' 37. También en las reglas de la Suma Espiritual antes citada, encontramos estas enseñanzas sobre la tristeza que causan las faltas, cuando nos dice: "Sepa de nuestras culpas, que tienen veneno, y forzosamente lo ha de sentir el corazón con desmayos, bascas y amarguras; y, así, no desconozca estos efectos, sino aprenda a sufrirlos, como penitencia justa de la culpa, que en esto hay gran mérito." Es preciso levantarse siempre Esta tan delicada doctrina es corroborada por la Santa en una de las cartas a sus hermanos espirituales 38, donde dice: "Soy enteramente de vuestro parecer: el Corazón de Jesús se entristece mucho más de las mil pequeñas imperfecciones de sus amigos que no de las faltas, aun graves, que cometen sus enemigos Pero... me parece que es únicamente cuando los suyos se habitúan a sus indelicadezas y no le piden perdón, que Él puede decir: Estas llagas que véis en mis manos las he recibido en la casa de aquellos que me amaban 39. En cuanto a los que le aman y que, después de cada falta se arrojan en sus brazos y le piden perdón, Jesús se conmueve de gozo. Y dice a sus ángeles aquello que el padre del hijo pródigo decía a sus criados: Ponedle el anillo en el dedo y alegrémonos" 40. Lo mismo decía muchos años antes el autor de la Suma Espiritual: "Es muy poderoso remedio asegurar en su alma que le da grande gusto a Nuestro Señor y grande honra el que le va a pedir perdón de su pecado." Y en seguida explica como el demonio pone tantos obstáculos al alma, para estorbarla de lo que haga y hace notar los frutos que se siguen de vencer esta repugnancia y no cansarse nunca de pedir perdón. Exactamente se expresaba Santa Teresita, cuando decía: "¡Qué poco conocidos son la bondad y el amor misericordioso del Corazón de Jesús! Es cierto que, para gozar de estos tesoros, es necesario humillarse, reconocer la propia nada, y esto es lo que muchas almas no quieren hacer..." 41. Una norma práctica Resumamos esta materia con la definición de nuestra Santa Teresita, al señalar cual ha de ser la perfección de las almas pequeñas, que quieren seguir su camino espiritual: "Basta con humillarse, con soportar dulcemente sus imperfecciones: HE AQUÍ LA SANTIDAD PARA NOSOTROS" 42. ¿Hay cosa más sencilla? Nos hemos de hacer pequeños Santa Teresita, al explicar como encontró el camino de la infancia espiritual, dice que había comprobado la gran diferencia que mediaba entre ella y los santos, y que no podía hacerse grande como ellos, y por esto buscó un ascensor, ya que "era demasiado pequeña para subir la ruda escalera de la perfección" 43. Una cosa semejante le ocurre, cuando lee ciertos tratados, donde la perfección es expuesta a través de mil obstáculos: su espíritu se fatiga y cierra el libro demasiado sabio, que le quiebra la cabeza y le seca el corazón 44'. Y dice: "Felizmente el reino de los cielos consta de muchas moradas; porque, si no hubiese más que aquellas, cuya descripción y camino me parecen incomprensibles, es seguro que no entraría en ellas. Pero si hay la morada de las almas grandes, la de los Padres del desierto, la de los mártires de la penitencia, también habrá la morada de los pequeñitos: allí nos está reservado nuestro lugar" 45. Nada extraordinario Nuestra Santa toma modelo de la Virgen Santísima en Nazaret, contempla extasiada aquella vida perfectísima y, a ejemplo suyo, sigue un camino, en el cual "nada hay que salga de lo ordinario, donde la perfección se ejerce, antes que todo, en pequeños actos de virtud sencillos y muy escondidos" 46. A propósito de haber caído enferma por haber llevado demasiado tiempo una crucecita de hierro, dice: "Esto no me hubiera ocurrido por tan poca cosa, si Dios no hubiese querido darme a entender que las maceraciones de los santos no se han hecho para mi, ni para las almas pequeñas, las cuales deben seguir el camino de la infancia espiritual, en el cual nada sale de lo ordinario 47. Durante su última enfermedad, le diJeron que podía confiar en morir el día de la Virgen del Carmen, y respondió: "¡Morir de amor, después de la Comunión! ¡Un día de gran fiesta! Es demasiado hermoso para mi; en esto no podrían imitarme las pequeñas almas. En mi camino no hay sino cosas muy ordinarias; ¡es menester que estas almas puedan hacer cuanto yo hago! 48. Según este criterio, Santa Teresita prefería, entre los santos, los que no mostraban nada de extraordinario, y tenía un particular afecto y devoción al beato Teofanio Venard, de las Misiones Extranjeras. "Me gusta ­decia­ porque es un santo pequeño, porque su vida es toda ordinaria y porque amaba mucho a su familia; no comprendo los santos que no aman a su familia" 49. Al hablar de la fundadora del Carmelo de Lisieux, santificada por virtudes ocultas y ordinarias, dice: "Oh, esta santidad me parece más verdadera, la más santa; es la que yo deseo, porque no hay en ella ilusión alguna" 50. Este concepto era el mismo o semejante al de Monseñor Gay, el cual dice: "La santa infancia espiritual es un estado más perfecto que el amor de los sufrimientos, porque nada inmola tanto al hombre como el ser sincero y pacíficamente pequeño. El espíritu de infancia mata más seguramente el orgullo que el espíritu de penitencia" 51. De manera que no hemos de creer que, practicando solamente las pequeñas virtudes escondidas no podremos llegar a gran santidad; al contrario, por este camino, como dice la Santa, estamos más seguros de no tropezar con ilusiones que nos engañen o nos pierdan. Lo esencial: Dar gusto a Dios y amarle Siguiendo, pues, las enseñanzas de Santa Teresita, no hemos de trabajar para ser santos o santas de aquellos que la Iglesia canoniza y propone, en los altares, a la veneración de los fieles, sino sencillamente para complacer y dar gusto a Dios. Ofrezcámosle, pues, las obras de los demás, y apliquémonos únicamente al amor. La santidad no consiste en aquel brillo exterior de virtud, que, en la tierra, es el único capaz de descubrir el heroísmo. No; la santidad es ante todo una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, conscientes de nuestra flaqueza, confiados, hasta la audacia, en su bondad de Padre, y delicadamente atentos a obedecerle y complacerle en todo. Y esta disposición, mientras queda oculta en lo secreto del alma, es Dios sólo quien puede apreciarla con certeza... Ved las estrellas, nosotros las apreciamos según la distancia que las separa de nosotros, pero su verdadera belleza es Dios quien la conoce. Las hay que nos parecen muy pequeñas, o que tan siquiera las llegamos a ver, y no obstante son incomparablemente más hermosas que aquellas que apreciamos como las más bellas. El programa de la verdadera santidad que Santa Teresita ha enseñado, helo aquí: Estar siempre alerta, levantar el piececito; caer, tal vez, por flaqueza, pero levantándose siempre con humildad; trabajar sin cesar; quedar cubierto de polvo pero limpiarse de él continuamente por el fuego del amor y por los Sacramentos, que nos mantienen unidos al buen Dios; ofrecerle en fin, sin cansarse jamás, si no los éxitos, a lo menos los esfuerzos. Quien así lo hace, aun cuando ciertos defectos le impidan de cosechar gloriosamente en el campo de las virtudes, y no deba llegar a la gloria de los altares, es un santo delante de Dios, y lo es en un grado mayor o menor, según la intensidad de su buena voluntad en el esfuerzo cotidiano de su amor 52. En el cielo tendremos muchas sorpresas, porque los santos canonizados no son siempre los más grandes... La canonización es una aureola que Dios pone en la frente de algunos de sus hijos, para gloria suya, edificación de sus hermanos en la tierra o para afianzar una misión encomendada... Todo depende de la obra que Dios quiere conseguir, por medio de ellos, en este mundo. Es como un artista, que toma tal o cual pincel para realizar su obra... ¿Por qué toma éste y no aquél?... El que deja a un lado es, no obstante, tan pincel y tal vez mejor, que el que toma..." Una exhortación de Santa Teresita 53 "No deseemos otra cosa que la gloria de Dios, siendo igualmente nuestro contento, ya venga por medio de los demás, ya por medio de nosotros... y aspiremos sencillamente a ser santos por el corazón, obscuros, siempre ignorados, si así place a Dios: aceptemos también que aun las flores de nuestros deseos y de nuestra buena voluntad caigan en tierra, sin que produzcan nada en este mundo; esto es muy provechoso para nuestra humildad." "Recordad que me gustaba repetir a mis novicias: Pongámonos humildemente entre los imperfectos, tengámonos por almas pequeñas. Pero, al mismo tiempo, hemos de pensar que, si esto entra en sus designios, sabrá Dios igualmente levantarnos entre los héroes de la santidad. Ved lo que la gracia ha hecho en mí." "Acordaos de que el único verdadero y ardiente deseo que ha de inflamar vuestro corazón, como inflamaba el mío, es el de amar a Dios cuanto podéis, procurar ser como Él desea que seáis, santa gloriosa o santa desconocida sobre la tierra ­poco importa­ mientras seáis santa según su gusto, y su amor quede plenamente satisfecho." "Todas las flores creadas por Él son bellas: el brillo de la rosa y la blancura del lirio no disminuyen el perfume de la pequeña violeta, ni nada quitan a la arrebatadora sencillez de la margarita... Cuanto más contentas están las flores de cumplir su voluntad, más perfectas ellas son." "Con vuestros generosos esfuerzos alcanzaréis la dicha de sostener, y quizá en muy grande medida, el edificio espiritual de la Iglesia, como aquella humilde mujer que queriendo contribuir a la construcción de una catedral, emprendida con ostentación por un grande y rico señor, no encontró otra cosa mejor en su pobreza, que llevar un manojo de heno para alimentar y aliviar una de las bestias de carga que arrastraban los materiales. Cuando se terminó la iglesia, mientras el señor pretendía, no sin razón, ser él quien la había construido, un celestial prodigio reveló, con admiración de todos, que a los ojos de Dios, había sido aquella pobre mujer." (/Mc/112/41-44 ACCIONES-PEQUEÑAS) "Con frecuencia mira más Dios estas acciones insignificantes de un alma débil, estas pequeñas nonadas, como coger una paja o un alfiler por su amor, que otras obras magnificas.", "No es la grandeza ni aun la santidad de la obra en sí misma, lo que vale a sus ojos, sino solamente el amor con que se hace, y nadie puede decir que no puede dar esas pequeñas cosas al buen Dios, porqué están al alcance de todos." "Alistaos, pues. en la legión de las almas pequeñas consagradas al amor; ingresad en mi compañía, y, si, en la hora de vuestro juicio, todavía estáis tentada de temer, acordaos, entonces, de la historieta que voy a contaros: San José de Cupertino era de mediana inteligencia y estaba muy poco instruido; toda su ciencia quedaba reducida a saber leer bastante mal y a escribir todavía peor. Después de haber sido aprobado, como por milagro en el examen exigido para ser admitido al diaconado, se presentó, lleno de confianza en Dios, al examen que precede a la admisión al sacerdocio. El examinador era el Obispo de Castro, prelado severo y temido de los ordenandos. José se dirigió a Bogiardo en compañía de otros jóvenes estudiantes, sus hermanos del convento de Lecce, todos ellos muy seleccionados. Los primeros en ser preguntados respondieron tan bien, que el prelado creyó inútil preguntar a los demás; admitió indistintamente a todos los candidatos, incluso a nuestro santo, que llegó a ser sacerdote de Dios, en cierta manera, por el mismo Dios. Pues bien. también llegaréis a ser santa de Dios por el mismo Dios, que vive en vuestra alma de buen grado, porque, si necesario fuere, se acordará de que "yo he pasado el examen por vosotros" 54. Esta historia fue contada por Santa Teresita a una de sus novicias, que se desolaba al sentirse siempre imperfecta; y bien se puede aplicar a todas las almas que se encuentran en parecidas circunstancias... ¡y son tantas! Es una invitación a su devoción y a que sigamos sus pasos por el camino de la infancia espiritual, que claramente nos enseña a imitar a los santos únicamente en aquellas cosas que no salen del curso ordinario y corriente de la vida. IV Normas prácticas El alma que sintiéndose pequeña, quiera seguir por el camino de la infancia espiritual evangélica trazado por Santa Teresila, debe tener discreción en bien entender la doctrina de la santa y en la manera de ponerla en práctica, evitando así que, equivocada en el modo de buscarla, pierda la paz y sencillez que desea encontrar. Resumiremos en breves normas practicas las enseñanzas evangélicas vividas por esta santa. 1ª. Pequeños. PEQUEÑO-HACERSE: Lo primero que reclama de nosotros la santidad es el reconocimiento de nuestra pequeñez, de nuestra miseria, de nuestra culpabilidad, de nuestra impotencia, de nuestra nada, esto es, la humildad. Nunca jamás se ha levantado sobre otro fundamento la santidad verdadera. Nos hemos de reconocer pequeños espiritualmente, es decir, incapaces de alcanzar nada por nuestras solas fuerzas; sentirnos pequeños y tenernos por pequeños prácticamente, no buscando nunca nuestro honor, nuestro gusto, nuestro interés, en una palabra, nuestro amor propio; pasando desapercibidos como niños, sin reclamar derechos y atenciones de los demás, a quienes hemos de tener por mayores que nosotros; no molestarnos porque no nos atienden, ni nos aman, ni tan siquiera nos ven cuando, tal vez, pasan por nuestro lado sin hacer caso alguno de nosotros. Si considerarnos bien nuestro interior, y reflexionamos cuanta verdad es que somos incapaces de sostenernos en el camino del bien, quebrando los propósitos a cada paso; cuan impotentes para luchar contra las pasiones y tentaciones que nos derriban con tanta frecuencia; cuan culpables en nuestros pecados; cuan incapaces de amar y corresponder al amor de Dios, a pesar de quererlo con toda el alma; cuan fríos nos sentimos con Él, y cuan desagradecidos e ingratos e injustos nos encontramos; si bien reflexionamos toda esta miseria y flaqueza nuestra, no nos ha de costar mucho reconocernos pequeños, sentir sinceramente que lo somos, tenernos por tales, portarnos como tales y no aspirar a ser tratados, tenidos y considerados de otra manera de la que realmente merecemos. 2ª. Confiados hasta la audacia. La confianza plena y absoluta que Santa Teresita reclama de las almas pequeñas. para andar por el caminito de la infancia espiritual, no se refiere a los bienes materiales, como suele figurarse la gente mundana de religión poco ilustrada; se trata de bienes infinitamente más elevados, de las aspiraciones a la vida eterna y feliz en el amor de Dios; es decir, el reino de Dios en nosotros por la santificación. Lo demás, como dice el Evangelio, se nos dará por añadidura. Así se expresa claramente la Santa: "Comprendo tan claro que sólo el amor es capaz de hacernos agradables al buen Dios, que es el único tesoro que ambiciono"' 55. "No son riquezas ni gloria­ ni siquiera la gloria del cielo­ lo que anhela mi corazón... Lo que yo pido es amor" 56. Tratándose por una parte de almas tan pequeñas que se reconocen pura nada. del todo ineptas para practicar las grandes virtudes de los Santos, y de otra, aspiraciones sublimes y pretensiones tan altas como la de amar a Dios con el mayor y más puro amor, se comprende que la Santa diga que nuestra confianza debe llegar hasta la audacia. Ella confió llegar al más encendido amor divino, a pesar de sentirse tan pequeña e incapaz, y expresa esta audacia en forma poética, con estas palabras: "¿Cómo puede aspirar a la plenitud del amor un alma tan imperfecta como la mía? ¿Qué misterio es éste? ¡ Oh único Amigo mío! ¿Por qué no reserváis estas inmensas aspiraciones para las almas grandes, para las águilas que se ciernen en las alturas? ¡Ay!, soy un pobre pajarillo cubierto sólo de un ligero plumón: no soy un águila, únicamente poseo de ella los ojos y el corazón... ¡Si; a pesar de mi extrema pequeñez, me atrevo a mirar fijamente el Sol divino del amor, y ardo en deseos de lanzarme hasta él! Quisiera volar, quisiera imitar a las águilas, pero sólo sé levantar mis alitas; no está al alcance de mi pequeño poder echarme a volar. ¿Qué va a ser, pues, de mi? ¿Moriré de dolor al verme tan impotente? ¡ Oh!, no, ni siquiera me afligiré. Con audaz confianza allí me quedaré contemplando fijamente mi divino Sol, hasta la muerte. Nada podrá arredrarme, ni el viento ni la lluvia. Y si espesos nubarrones ocultan el Astro del Amor, si me parece que no creo en la existencia de otra cosa que la noche de esta vida, éste será el momento de la dicha perfecta, el momento de extremar mi confianza hasta el último límite, guardándome de desertar de mi sitio sabiendo que tras esos tristes nubarrones sigue brillando mi dulce Sol" 57. Lo mismo que propone para ella el perseverar hasta la muerte, con audaz confianza, aspirando a la plenitud del amor, lo aconseja a los otros en forma no tan poética, pero más concisa y didáctica, al decir: "Ofrezca a Dios el sacrificio de no recoger nunca frutos, es decir, de sentir durante toda su vida repugnancia en sufrir, en ser humillada, en ver todas las flores de sus buenos deseos y buena voluntad caer en tierra, sin producir nada. En el momento de la muerte en un abrir y cerrar de ojos, Dios sabrá hacer madurar hermosos frutos en el árbol de su alma" 58. Ella decía a sus novicias: Jamás se tiene demasiada confianza en Dios tan potente y misericordioso. ¡Se obtiene de Él todo cuanto de ,ÉI se espera! 59. En la doctrina espiritual del Venerable Ludovico Blosio se halla esta comparación: "Suponed dos personas que ruegan al mismo tiempo; una pide una cosa casi imposible, pero con la certeza de que Dios la escuchará; la otra no solicita más que un favor de poca importancia, pero sin esta plena confianza en el Señor: la primera obtendrá mucho mas pronto, por el mérito de su fe, que el otro que vacila" 60. 3ª. Entero abandono en brazos del Padre celestial. La confianza audaz de alcanzar la más intima unión con Dios, se extiende, como bálsamo de suavísimo perfume, a todos los actos internos y externos del alma pequeña en su caminito de infancia espiritual. Ella sabe que tiene un Padre en los Cielos, que la ama entrañablemente, no sólo a pesar de su pequeñez sino por esta su pequeñez precisamente, y por esto la lleva en sus brazos paternales, porque sabe su Padre que no puede valerse de sus fuerzas, que es incapaz de andar, y de subir, por más que levante el pie y lo intente. Con esta infalible convicción, ella, el alma pequeña, se deja llevar tranquilamente como un niño dormido en brazos de su Padre. ¡Oh, que dulce vivir es el abandonarse completamente al Amor y a la Providencia paternal de Dios! El pequeñuelo no teme nada de nadie, ni tan siquiera se preocupa de temer, porque no sabe ni conoce peligros. No espera ni pide nada, si no es de su Padre, y en su Padre espera y confía para todas las cosas, y en su Padre descansa y se alegra. "La única cosa que incumbe al niño es abandonarse, dejar que flote al viento su vela..." 61. "Quedarse niño es no inquietarse por nada." 62 Este abandono y confianza filial del alma en el Padre celestial no suprime ciertamente el esfuerzo y el dolor, pero asegura en todo caso la paz. Sufrir en paz no es siempre sufrir con consuelo. "Quien dice paz no dice alegría o por lo menos alegría sensible; para sufrir en paz basta querer firmemente todo lo que quiere Nuestro Señor" 63. El total abandono en Dios significa, en realidad, confiarse enteramente al Corazón paternal de Dios; y eso, no solamente por lo que afecta al alma y a la vida espiritual, sino también por lo que atañe al cuerpo y a la vida terrenal. Es fiarse de El completamente sin angustiarse por temores sobre el porvenir o sobre el pasado. "Sólo me guía la absoluta confianza en Dios; no tengo otra brújula. No sé ya pedir nada con ardor, excepto el perfecto cumplimiento de la voluntad de Dios en mi alma." 64. Así, pues, abandonarse a Dios, es aceptar de buen grado y con el mismo amor, lo dulce y lo amargo, lo próspero y lo adverso, sin temerlo ni esquivarlo, pues el alma abandonada a Dios sabe que "la única felicidad aquí bajo, es aplicarse a encontrar siempre deliciosa la parte que Jesús nos da." 65. 4ª. Esfuerzo personal; levantar continuamente el piececito. Aun cuando los cristianos ignorantes y mundanos quieran creer que el ascensor divino propuesto por Santa Teresita, consiste en dejarse llevar dulcemente sin ningún esfuerzo, en realidad, la doctrina y el ejemplo de la Santa son de un esfuerzo constante y de un sacrificio absoluto. Recordamos sino, como dice a la novicia que levante continuamente el piececito, para subir la escalera de la santidad por la práctica de todas las virtudes. La renuncia de sí mismo es elemental en la ciencia de la santidad; y sólo los más ignorantes son capaces de creer que pueden pasarse sin ella. Y esta renuncia requiere esfuerzo personal constante, sin intermisión, durante toda la vida. El caminito que nos propone nuestra Santa no es para ahorrarnos el sacrificio y el esfuerzo, sino al contrario, para hacérnoslo amable, y enseñarnos una forma más asequible para practicarlo con constancia. Y creer lo contrario es falsear la doctrina de la Santa y el concepto de la santidad cristiana. "Es necesario -dice ella­ hacer todo lo que está en nuestra mano, dar sin contar, renunciarse a sí mismo constantemente, en una palabra, dar prueba de nuestro amor, por medio de todas las buenas obras que estén a nuestro alcance." 66. "Muchas almas se excusan con estas palabras: Yo no tengo fuerzas para hacer tal sacrificio. Pero ¡que hagan esfuerzos para hacerlo! Esto, algunas veces, es difícil; no obstante, el buen Dios no niega jamás la primera gracia que en cada ocasión da la fortaleza para vencerse; si el alma corresponde a ella, se encuentra inmediatamente en la luz, entonces el corazón se fortifica y se encamina de victoria en victoria" 67. "¡Que importa que no sienta valor -decía a una novicia­ con tal que obre como si le tuviera! ¿Dónde estaría su mérito si sólo debiera combatir cuando se siente animosa? Si estando sin ánimo para recoger una hilacha, lo hace por amor de Jesús, consigue mucho más mérito que realizando un acto mucho más importante en momentos de fervor 68. La Santa misma "tuvo que luchar para renunciarse a sí misma constantemente y necesitó valor para defender en ella la causa de Dios contra las acometidas de las inclinaciones contrarias." 69. Dios no nos pide sino buena voluntad; ésta, la hemos de demostrar con el fervor de nuestro deseo y con la sinceridad de nuestro esfuerzo. "Y tanto más o menos gozaremos esa perfección en la eternidad, cuanto con mayor o menor deseo, aquí la hubiéramos procurado. Pues por los deseos santos, nos dará Dios premio eterno, aunque en esa peregrinación no alcancemos lo que deseamos.'' 70. 5ª. Todo por amor. Esta es la divisa fundamental de la Santa. Por la práctica de las virtudes y de la perfección podemos llegar a un grande amor de Dios; pero también por el amor de Dios podemos llegar a la práctica de las virtudes y de la perfección. Y este camino es el preferido por la Santa, extremándolo deliciosamente. Ella no pretende más que complacer a Jesús, agradarle, darle gusto, en una palabra amarle hasta lo imposible, y sólo con esto, practicará todas las virtudes, salvará innumerables almas, ejercerá todas las vocaciones y apostolados de la Iglesia. Ella ora, enseña, trabaja, sufre, en una palabra, vive sólo por el amor; no detalla sus intenciones como otros Santos, que sufrían para aplacar la justicia divina, o para expiar por los pecados, o para vencer las pasiones, o por otros fines santos y necesarios. Ella misma dice que "no hubiera querido recoger una aguja para evitar el Purgatorio" 71. "Los grandes Santos han trabajado por la gloria de Dios ­decia ella­ pero yo, que no soy más que una alma pequeñita, trabajo únicamente para darle contento. Yo quiero ser en la mano del buen Dios, una florecilla, una rosa inútil pero cuya vista y perfume, sin embargo, sean para Él como un alivio y un pequeño goce de más 72. "Yo quiero trabajar sólo por vuestro amor, con el único fin de agradaros, de consolar vuestro Sagrado Corazón y salvar almas que os amen eternamente." 73. "Jesús me enseña a hacerlo todo por Amor." 74. Y próxima a morir, ella confiesa que "nunca ha dado al buen Dios más que amor." 75. Sin el amor, todas las obras, incluso las más extraordinarias no son más que nada." "Mientras nuestras acciones, aun las más pequeñas, no se salen del foco del Amor, la Santísima Trinidad les da un tinte y belleza admirables, y Jesús encuentra siempre hermosas nuestras obras." 76. "Si quieres ser santa -dice a una de sus hermanas­, te será cosa fácil: no te propongas sino un fin: complacer a Jesús, unirte siempre más íntimamente con Él..." 77. "El alma más fervorosa es la más humilde, la más unida a Jesús, la más fiel a hacer todos sus actos por amor." 78. 6ª. Las flores del sacrificio y del amor. Amar a Jesús y complacerle, consolarle y salvarle almas, he aquí el ideal de las almas cristianas. "Pero ¿cómo demostraré mi amor, ya que el amor se prueba con obras? Pues bien; la niñita echará flores... No tengo otro medio para demostraros mi amor que echar flores; es decir, no escatimar el menor sacrificio, no dejar perder ninguna palabra, ninguna mirada, aprovechar las menores acciones y ejecutarlas todas por amor. Quiero sufrir y hasta gozar por amor; así echaré flores; cuantas encuentre, sin exceptuar una sola, las deshojaré en vuestro obsequio... Además cantaré, cantaré constantemente, aunque tenga que sacar mis rosas de entre las espinas; cuanto más largas y punzantes sean éstas, más melodioso será mi canto" 79. Esta es la parte más típica y sugestiva de la doctrina espiritual de Santa Teresita: el camino de la santidad más heroica, por las cosas pequeñas hechas con grande amor. Esto anima extraordinariamente a las almas pequeñas que, sintiéndose incapaces de grandes austeridades, ven posible y hacedera la subida a la perfección y santidad. Imitando a la Santa ejercitaremos los actos de virtud: a) En cosas pequeñas y sencillas, pues ella misma aconseja practicar las pequeñas virtudes, ya que "si pretendemos hacer cosas grandes aunque sea con el pretexto del celo, Dios nos deja solas" 80. Y dice que sus mortificaciones consistían unidamente en quebrantar su voluntad, en retener una palabra de réplica, prestar pequeños servicios sin encarecerlos, y otras mil cosillas por el estilo. Mortificar mi amor propio (únicas mortificaciones que se me permitían) me hacía más bien que las penitencias corporales, decía la Santa 81. b) Cosas no buscadas, corrientes, las que se presentan a cada momento en el curso ordinario del día, y en las contingencias de la vida de familia o de comunidad; son como traídas por la Providencia divina y cogidas como naturalmente, al azar; por ser cosas pequeñas y no buscadas por nuestro parecer y voluntad, no están expuestas a la vanidad, al amor propio y a la vana complacencia. "En mi caminito, -dijo la Santa-, no hay sino cosas muy ordinarias: es preciso que todo lo que yo haga, puedan hacerlo igualmente las almas pequeñas" 82. c) Aceptadas generosamente siempre, todas, y con amor. Aquí está la base del heroísmo de Santa Teresita. Todo el mundo es capaz de hacer alguna vez pequeños actos de virtud. Pero practicar todos, sin exceptuar uno solo, como dice ella, los que se presenten en la vida ordinaria, y mantenerse con este espíritu de abnegación constante, y perseverando en ello hasta la muerte, es realmente heroico y de una consumada santidad. Si no llegamos a tanta perfección, con buena voluntad, llegaremos por lo menos a ser fieles en la mayoría de los casos. Esto implica prácticamente la renuncia de su propia voluntad, es decir, negarse a sí mismo constantemente, y "esta mortificación -dice el Venerable Blosio­ verdaderamente es difícil y penosa al principio, pero cuando se ha perseverado con valor en ella durante algún tiempo, la gracia de Dios la torna facilísima y dulcísima; efectivamente, el arte de mortificarse es como todos los otros: si se practica a menudo y con esmero, se hace como natural al hombre, por su continuidad'' 83. d) Actos ocultos, es decir, solo de Dios conocidos, sin querer ni pretender por ellos ninguna retribución humana, ni de agradecimiento, de admiración o alabanza, por lo cual debe permanecer ignorado de todos. Dice la Santa que "se aplicaba sobre todo a los pequeños actos de virtud bien ocultos". Nadie en su vida pudo conocer sus preferencias ni sus repugnancias, ni lo que sufrió en el comer, o en el dormir, ni sus penas y luchas interiores. Este es el perfume más exquisito de la flor que vive sólo para Dios. Cuando dejamos saber nuestros actos de virtud, pierden todo su aroma espiritual; y entonces cambiamos el premio de gloria que Dios nos quería dar, por el de la alabanza humana que nos procuramos al manifestarlos. "Más agrada a Dios una obra ­dice San Juan de la Cruz- por pequeña que sea hecha en escondido, no teniendo voluntad de que se sepa, que mil hechas con gana de que lo sepan los hombres" 84. Y Santa Teresita declara: "Si por un imposible, el mismo Dios no viese mis acciones, no me apenaría por ello. Le amo tanto que quisiera poder darle contento sin que supiera que le viene de mi" 85. Y en una carta a Madre Inés dice: "A todos los éxtasis, prefiero la monotonía del sacrificio oscuro". 7ª. No negar nada a Dios. Es otro carácter sublime de la vida y doctrina de nuestra Santa. "Desde la edad de tres años, dice ella, nada he negado a Dios. Con todo, no puedo gloriarme de ello. Yo no soy una santa; jamás he realizado las acciones de los santos; soy un alma pequeñita a la que Dios ha colmado de gracias" 86. Para llegar a este grado de amor y fidelidad de no negar a Dios ningún trabajo o sacrificio que nos pida, se requiere prácticamente negarnos a nosotros mismos con un completo desasimiento de las criaturas hasta llegar al olvido de sí mismo y así encontrarnos dispuestos en todo momento a aceptar y ofrecer a Dios cualquier sacrificio que le pluguiere, por grande que fuese. No suele pedirnos Dios grandes cosas, pero reclama de nosotros esta disposición de espíritu, pronto a sacrificarlo todo, incluso la vida, si fuera necesario. Lo que hemos dicho en la norma anterior, sobre ofrecer las flores de los pequeños sacrificios de cada momento sin exceptuar ninguno, ya es evidentemente esta renuncia y olvido de sí mismo, practicado a pequeñas dosis, que no le quitan mérito si son cumplidas con amor. El no negar nada absolutamente a Dios de lo que nos pida, nos da la máxima seguridad de tener nuestra voluntad enteramente unida a Él, que es la verdadera santidad. Y esto es una demostración palmaria de nuestro amor a Dios y, por lo tanto, el mayor de los consuelos. "Una de las señales ciertas de amor a Dios, es la prontitud con que se acepta y el gozo que se experimenta en ofrecer a Dios un sacrificio que nos pide y que es costoso a la naturaleza" 87. 8ª. Celo sacerdotal de las almas. Es maravilloso el intenso deseo de Santa Teresita de ser sacerdote, si hubiera sido posible, para llevar las almas a Dios, y dar Jesús a las almas. Todo ello era movido por su exclusivo amor a Dios: pues el conquistarle y salvarle almas, era para darle consuelo, satisfacción y el más grande placer. Y ya que ella no podía ser sacerdote rogaba a Dios por ellos, sabiendo que son los encargados por Dios de guiar y salvar las almas, con tanto ahinco que constituía el fin primordial de su profesión religiosa: He venido, dijo, para salvar las almas, y sobre todo para rogar por los sacerdotes" 88. Por la oración y el sacrificio, ella ha sido el apóstol de los apóstoles; ella ha merecido ser nombrada Patrona celestial de las misiones y de los misioneros. Roguemos por los sacerdotes, decía a su hermana Celina, que nuestra vida esté consagrada a ellos 89. No pudiendo ser misionera de acción, quise serlo por el amor y la penitencia, escribía ella a uno de sus Misioneros 90. Al desposarse la joven Carmelita con el Rey de los Cielos, según ella escribe, su único objeto era salvar almas, sobre todo almas de apóstoles 91. También pueden imitarla fácilmente las almas pequeñas, en este apostolado, por sus pequeños sacrificios ocultos y pequeños actos de virtud. No descuidemos ningún sacrificio, dice la Santa. Recoger un alfiler por amor, puede convertir un alma. Sólo Jesús puede dar tal precio a nuestras acciones; amémosle, pues, con todas nuestras fuerzas" 92. Imitemos, pues, a la Santa que con el amor pudo cumplir tantas vocaciones y apostolados como su corazón deseaba. Con nuestro amor sincero, nuestra oración sencilla y nuestros pequeños y humildes sacrificios, podremos también salvar muchas almas y conquistarlas al Amor de Jesús. 9ª. La sencillez y la paz del alma. Es el sello distintivo de las almas que siguen el caminito de la infancia espiritual; son sencillas y humildes de corazón, bondadosas, pacíficas, tranquilas, fáciles de contentar. Es el mismo espíritu de Jesucristo, como encarnado de nuevo en ellas. "Santa Teresa del Niño Jesús ha tenido el insigne privilegio de presentar la santidad bajo su aspecto verdaderamente evangélico despojándola de todas las complicaciones con que el espíritu humano la había envuelto a través de los siglos. Y en este sentido decía recientemente un docto teólogo: Santa Teresa del Niño Jesús ha desembarazado el camino del Cielo. Y un eminente príncipe de la Iglesia: Lo que gusta en esta Santita, es su encantadora sencillez. En nuestras relaciones con el buen Dios, ella ha suprimido las matemáticas." 93. Por miserables que seamos, por torpe que sea nuestro entendimiento, por escasa que sea nuestra energía, mientras tengamos buena voluntad sincera, podemos contentar a Jesús y hacernos Santos. Oigamos las palabras de la Santa: "¡Qué fácil es agradar a Jesús y arrebatar su Corazón! No hay más que amarlo, sin mirarse a sí mismo, sin examinar demasiado sus defectos..." "Cuando ocurre que caigo en alguna falta, me levanto inmediatamente." "Una mirada a Jesús y el conocimiento de la propia miseria, lo repara todo" 94. "Una sola cosa hay que hacer aquí en la tierra: echar las flores de los pequeños sacrificios a Jesús, y ganarlo con caricias..." "Cuando se acepta dulcemente la humillación de haber sido imperfecta, la gracia del buen Dios, vuelve inmediatamente..." 95. El camino propuesto por Santa Teresita, no requiere nada extraordinario ni complicado. Todo lo que ella hace y propone es lo que pueden hacer todas las almas pequeñitas: todo es ordinario, usual, corriente. Por eso dice cuanto le gusta y cuanto bien le hace el considerar la vida de la Sagrada Familia en Nazaret, completamente ordinaria sin distinguirse en nada de los demás. Firmemente arraigada en el amor, la paz del corazón no abandona nunca a la Santa, ni en las contrariedades, ni en los sufrimientos físicos, ni en las luchas y oscuridades de espíritu. Cuando le preguntaron cómo se lo arreglaba para estar siempre igualmente gozosa y serena, respondió: "Desde que nunca me busco a mí misma, llevo la vida más feliz que pueda imaginarse" 96. Durante su última enfermedad, le preguntaron cómo lo hizo para llegar a esta inalterable paz tan suya. Y contestó: "Me olvidé de mí, y procuré no buscarme en nada" 97. Cuando, pocas semanas antes de morir, le expresó su hermana, M. Inés, la pena que sentía al verla sufrir tanto, exclamó: "Sí, pero ¡que paz también! ¡que paz!". Otra cualidad suele enriquecer a las almas sencillas, pacíficas, humildes, pequeñas: Dios se inclina bondadosamente con preferencia a ellas y les da a conocer el reino de Dios con más claridad que a los otros. Lo que dice el Evangelio, que se complace en revelarlo a los párvulos y lo esconde a los sabios y prudentes 98. Los pequeñuelos, en su pacífica sencillez, saben amar a Dios mejor que los sabios y grandes según el mundo. "Santa Teresita ­dice el Papa Benedicto XV­ no hizo intensos estudios; no obstante adquirió ciencia tan alta, que acertó a conocer para sí, y aun supo mostrar a los demás, el camino recto y seguro para la salvación." "¿De dónde procedía aquel vasto arsenal de doctrinas? Sin duda de los arcanos que se complace Dios en revelar a los pequeñuelos" 99. "Santa Teresita recibió la misión de enseñar a amar a Jesucristo." No solamente a sus novicias sino al mundo entero ha sabido adoctrinar en el amor. Pidamos al Señor que la sepamos imitar en sus virtudes y nos dé, como a ella, esa intuición de la verdadera santidad, que es una segura discreción de espíritus. 10ª. Víctima del Amor misericordioso. Era aspiración constante de la Santa el morir mártir de sangre o morir de amor en duro lecho. "No tengo más que un solo deseo: Amar hasta morir de amor". Para alcanzarlo, ella hizo el acto de ofrecimiento como victima de holocausto al Amor misericordioso, suplicándole que dejara desbordar los raudales de su infinita ternura en ella, que la consumiera continuamente y así la hiciera morir mártir de Amor. En este acto, entendido en la forma expuesta por Santa Teresita, no es propiamente nuestro amor a Dios, el que nos consume, sino el amor de Dios a nosotros que con su ternura y misericordia infinita nos va trasformando y consumiendo. Por eso no se necesita ser un alma perfecta para hacer esta ofrenda a Dios, sino que por el contrario "cuanto más débil y miserable sea uno, tanto mas apto es para las operaciones de este Amor que consume y transforma" 100. "Pues para que el Amor quede plenamente satisfecho, tiene que abajarse hasta la nada y transformar en fuego esa misma nada" 101. Y de ella misma decía: "Es mi debilidad misma la que me da la audacia de ofrecerme Victima a vuestro Amor ¡ oh Jesús !" 102. Esta ofrenda como victima de holocausto al Amor misericordioso es el punto culminante de la doctrina de Santa Teresita sobre la infancia espiritual; y es también para las almas pequeñas que no serían capaces de hacer cosas extraordinarias, una manera fácil y sencilla de consumar su santificación, por medio de los pequeños actos de amor y sacrificio que les enseña. La Santa deseó y pidió siempre conocer bien su nada, y fue escuchada, y proclamó muy alto que "la mayor gracia que el Señor me ha hecho es la de haberme mostrado mi pequeñez, mi incapacidad para todo bien" 103. Lo esencial para hacer debidamente este acto de ofrenda, es entregarse al amor divino enteramente para que nos consuma en sus llamas, purificándonos constantemente de nuestras faltas y miserias, y preparándonos para presentarnos, al morir, completamente purificados ante la Divina Majestad. Y el fruto recogido de esta ofrenda nuestra, será mayor o menor, según será más o menos completa nuestra entrega al amor. Así como el fuego solo consume lo que se le entrega, así también, como dice Santa Teresita: "En tanto uno es consumido por el Amor, en cuanto se entrega al Amor" 104. Y entregarnos al amor quiere decir hacerlo todo por amor, no preocuparnos mas que del amor, vivir de amor, procurando constantemente y en todo satisfacer al amor de Jesús, darle contento, consolarle, satisfacerle, adorarle, rogarle, cumplir su querer, a cada momento y en cada ocupación del día, y en todas las circunstancias de la vida, ofreciéndole las mil y una pequeñeces de la vida ordinaria, con toda sencillez de corazón, con filial confianza, tal como seamos, santos o miserables, perfectos o defectuosos; pensando que cuanto mas miserables y pecadores hemos sido, tanto más aptos somos para las operaciones del Amor misericordioso, que se abaja hasta lo más bajo y humilde, para más gloriarse y satisfacerse. "Creedme ­nos dice la Santa­ para amar así a Jesús, para ser su víctima de amor, cuanto más débil y miserable es uno, más apto es para las operaciones de este Amor que consume y trasforma... el solo deseo de ser víctima basta; pero es preciso consentir en quedar siempre pobre y sin fuerza, y he aquí lo difícil, porque "el verdadero pobre de espíritu ¿dónde hallarlo? Es preciso buscarlo muy lejos" dice el autor de la Imitación... Muy lejos, es decir, muy bajo, muy bajo en su propia estima, muy bajo por su humildad; muy bajo, es decir alguien muy pequeño. Ah, quedaos, pues, muy lejos de todo lo que brilla, gozaos en vuestra pequeñez, complaceos en no sentir nada; entonces seréis pobre de espíritu y Jesús vendrá a buscaros, por lejos que estéis; y os transformará en llama de amor... La confianza, y sólo la confianza es lo que nos debe conducir al Amor. Dios está más contento de lo que obra en vuestra alma, a pesar de vuestra pequeñez y de vuestra pobreza, que de haber creado los millones de soles y ex tensión de los cielos..." 105. * * * * * Tengamos presentes las palabras evangélicas de que en el Cielo, en la casa del Padre celestial, hay muchas moradas, entre las cuales hemos de pensar que se encuentra la nuestra, la de los pequeños, como nos repite Santa Teresita. Así, pues, no nos desanimemos nunca, aunque nos veamos incapaces de alcanzar aquella perfección heroica de nuestra Santa Protectora y Modelo; alcanzaremos ciertamente la que Dios nos destine, y esa será la mejor para nosotros. El camino de la infancia espiritual está abierto a toda alma de buena voluntad, sea la que fuere y como fuere, y tanto más fácil y ancho es este camino cuanto esta alma es más pequeña a sus propios ojos. Es lo que nos repite la Santa; y también lo que nos enseña la Iglesia por boca de sus Supremos Jerarcas, quienes nos dicen: "La infancia espiritual es un camino que sin permitir a todos, ciertamente, llegar a las alturas a las que Dios condujo a Santa Teresa, ES NO SOLAMENTE POSIBLE, SINO TAMBIÉN FÁCIL PARA TODOS" 106. EUDALDO SERRA BUIXÓ EL CAMINO DE LA INFANCIA ESPIRITUAL Editorial BALMES BARCELONA 1946.Págs. 5-69 .................... 1. Discurso pronunciad o después de la lectura del Decreto sobre la heroicidad de las virtudes de Sor Teresa del Niño Jesús. 2. San Mateo, XVIII. 3. Ibid. 4. Prov., IX, 4. 5. Isaías LXVI, 12, 13. 6.Palabras de Pío XI a los peregrinos de Bayeux, 18 de mayo de 1925. 7. Histoire d'une âme, c. IX, pág. 153 8. Prov., IX, 4. 9. Is., LXVI, 13. 10. Salmo LXX, 17. 11. Consejos y Recuerdos, págs. 265-6. 12. L'Esprit de Sainte Thérèse de l'Enfant-Jésus, pág. 194. 13. Discurso citado. 14. L'Esprit, pág. 196, 197. 15. Cap. VIII, 2. 16. L'Esprit, pág. 191. 17. L'Esprit, pág. 189. 18. Salmo CII, 14. 19. Salmo LXXV, 9. 20. Histoire d'une âme, cap. XII, ág. 251.. 21. A l'École de Sainte Thérese de l'Enfant Jesús, pág. 21. 22. Glosa sobre lo divino. 23. P. Groa, S. J., Manuel des âmes interieures, pág. 103 y sig. 24. Cap. IX, pág. 172. 25. 6 de Julio de 1893.­L'Esprit, pág. 179. 26. Novissima Verba, 2 de septiembre. 27. Vade mecum des ames religieuses, pág. 34. 28. Beaudenom, Meditations, III, pág. 29. C. 18 de julio de 1893.­L'Esprit, pág. 140 30. Libro III, cao. XVIII, § 14. 31. Libro III, c. LXXVII 32. Novíssima Verba­5 de julio. 33. A l'École, pág 29. 34. Vid. École, pág. 20, 21. 35. Novíssima Verba, 3 de julio. 36. Esprit, 93­Histoire, c. XI, p. 220. 37. École, pág. 27. 38. 13 de julio de 1897. 39. Zach., XIII, 26. 40. Luc., XV, 22. 41. Carta cit. 42. Conseils et souvenirs, pág. 274 43. Historia, cap. IX, p. 156. 44. Esprit, pág. 193. 45. Ibid. 46. Ecole, pág. 5. 47. Esprit, págs. 174. 48. Ibid., pág. 177. 49. Ibid., pág. 176. 50. Ibid. 51. Esprit, pág. 174. 52. Vid. A l'École, págs. 66 a 68. 53. Ibid. págs. 69-73. 54. École, pág. 72-73. 55. Hist., XI, 210. 56. Ibid., 220. 57. Hist., XI, 221, 222. 58. Const. y Rec., 270 59. Hist. XII, 248. 60. Ven. Blosio, Espejo del alma, cap. VI. 61. Carta a Celina, 23 julio 1893. 62. Cons. y Rec., 264. 63. Carta a Celina, 12 de marzo de 1889. 64. Hist., VIII, 148. 65. Carta a Celina, 6 jul. 1893. 66. L'Esprit, art. III, pop. 17-18. 67. L'Esprit, p. 17. 68. Cons. y Rec., 281. 69. L'Esprit, p. 18. 70. Ven. Blosio, Institucion espiritual, XII. 71. L,Esprit, p. 9. 72. L'Esprit, p. 9. 73. Acto de ofrecimiento. 74. L'Esprit, p. 4. 75. Ibid 76. Cons. y Rec., p. 292. 77. Carta a Leonia, 17 julio, 1897 78. Carta a Leonia, enero de 1895. 79. Hist., cap. XI, pág. 220. 80. Cons. y Rec., p. 274. 81. Hist., VII. 82. Hist., cap. XII, 249. 83. Institución espiritual, cap. II; par. 5. 84. Tratado a la M. M. Francisca de la Madre de Dios, monja de Beas. 85. Cons. y Rec., p. 298. 86. Cons. y Rec. p. 268. 87. P. De Smedt, S. J. Notre vie surnaturelle. 88. Historia, VII, p. 120. 89. Correspondencia 1889-1892, muchas de cuyos pasajes están todavía inéditos. 90. 8 de septiembre de 1890. 91. Ibid. 92. A. Leonia, enero de 1895. 93. Mgr. Laveille, Sainte Thérese de l'Enfant Jesús, pág. 326. 94. L'Esprit, pág. 179. 95. Nov. Verba, 2 sept. 96. Cons. y Rec., 277. 97. Nov. Verba, 3 agosto. 98. S. Mateo, XI, 25. 99. Disc. 14 agosto 1921. 100. A l'École, p. 65. 101. Historia, IX, p. 219. 102. Ibid., p. 218. 103. Ibid. 104. Vid. Pequeño Catecismo del acto de ofrenda. 105. A l'École, pág. 65, 66. 106. S. S. Pio XI en el discurso para la aprobacion de los milagros, 11 de febrero de 1923.